Baptista derrota al Athletic
El brasileño sigue su racha y marca dos goles al conjunto rojiblanco, que fue de más a menos
Julio Baptista es una de las cosas más bonitas que ha traído la competición liguera en curso. Su fútbol mana de una anatomía excepcional, algo que no depende de uno en realidad, pero crece a medida que este brasileño de 23 años aprende a embridar su potencia. Pero lo que tiene más valor es que trabaja con honestidad. Mientras tiene, da y siempre ha elegido la discreción para mostrarse. Ayer acabó él solo con el Athletic. Aprovechó las inexplicables lagunas de los rojiblancos y les clavó dos goles cuando menos se lo esperaban o lo merecían.
El Athletic comenzó el partido con gesto señorial. Ernesto Valverde dejó en el banquillo a Urzaiz y apostó por una delantera escurridiza, hábil en el toque y capaz de intercambiarse posiciones sin extrañamiento. Etxeberria se dejaba caer por la izquierda y abría el campo en busca de espacios que permitieran ganar la espalda a los defensas sevillistas. Un pase largo de Orbaiz a Iraola dio comienzo a la primera jugada peligrosa por parte de los rojiblancos. El extremo centró al borde el área pequeña y Yeste no supo machacar. Poco después, Etxeberria entró caracoleando desde la izquierda y llegó a disparar a puerta, fuerte pero no suficientemente certero. Diez minutos en los que la táctica de Valverde había maniatado y forzado a recular a los pivotes sevillistas, que parecían incapaz de sacar una sola pelota.
SEVILLA 2 - ATHLETIC 0
Sevilla: Esteban; Sergio Ramos, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Daniel Alves, Casquero (Torrado, m. 81), Martí, Antonio López (Redondo, m. 77); Julio Baptista y Antoñito (Carlitos, m. 46).
Athletic: Aranzubia; Lacruz, Karanka, Luis Prieto, Del Horno (César, m. 65); Gurpegi, Orbaiz (Jonan, m. 70); Etxeberría, Yeste, Iraola (Urzáiz, m. 46); Ezquerro.
Goles:1-0. M. 39. Baptista.
2-0. M. 63. Baptista, de penalti.
Arbitro: Fernando Carmona Méndez. Amonestó a Del Horno, Antonio López y Sergio Ramos.
22.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Pero llegó a parecer que al entrenador rojiblanco se le había olvidado escribir la última línea y no estaba previsto cómo transformar el buen toque en goles. El Athletic se durmió, creyendo que su gol era únicamente cuestión de tiempo, y se aplanó. El Sevilla se encomendó a su coloso y le empezaron a tirar melones, patatas y todo tipo de pases malos para que éste los luchara por su cuenta.
Antoñito fracasó y no supo encontrar su papel en el equipo. Apenas apoyó en las paredes cortas que necesitaban Alves y Baptista para burlar a Del Horno, Karanka y compañía y tan sólo dio un pase bueno, a Baptista, poco después de la media hora de partido. Un minuto después, el brasileño remató un córner a placer y le marcó al Athletic el primer gol tras un saque de esquina de esta temporada.
La salida de Urzaiz y la vuelta de Etxeberria a la derecha pareció que iba a reanimar al Athletic, pero fue el Sevilla el que rentabilizó más su sustitucion táctica. Carlitos sí que apoyó a los brasileños y el partido se acabó cuando Baptista metió el penalti infantil que hizo Del Horno. El Athletic se durmió y le despertaron de dos sopapos. Eso sí, se los dio un coloso.
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