La hora del especialista
Joaquín quiere reivindicarse frente al Valencia tras una temporada floja e irregular
Joaquín Sánchez (El Puerto de Santa María, 1981) pone su cuerpo encorvado como sólo lo saben hacer los extremos genéticamente puros cuando retan al contrario. Con la cabeza baja y las largas piernas en la flexión que precede al latigazo, le enseña la pelota al defensor de turno de forma casi sádica, haciéndole actor inevitable en su previsible derrota por acción u omisión. Un jugador que tiene su tesoro en la especialización y su lacra en la irregularidad y que esta tarde debería de ser uno de los protagonistas de uno de los partidos más importantes del final de Liga: Valencia-Betis (PPV, 19.30). "Desmostraré que debo ir a la Eurocopa", aseguró el pasado jueves al tiempo que citaba a Valencia como el mejor escaparate para su reivindicación.
El seleccionador nacional, Iñaki Sáez, subraya la naturaleza de especialista del extremo bético y le considera el mejor español en el "uno contra uno". La calidad de Joaquín para ejecutar el trabajo de ataque en la banda derecha es algo incuestionable y por lo que ha recibido elogios desde su época de juvenil. Pero Sáez no se ha quedado ahí y con sabiduría ha aprovechado la jerarquía de su puesto para darle al jugador la reprimenda que parecía que no iba a recibir en casa. Públicamente le exigió un esfuerzo para mejorar su juego, muy por debajo de su capacidad a lo largo de casi todo el curso, y no le convocó para el amistoso contra Dinamarca de marzo pasado. Sí figuró entre los elegidos para jugar con Italia el pasado miércoles, por una carambola de lesiones y el bético se entregó como casi nunca. La estrategia del palo y la zanahoria parece funcionar con el extremo.
Y es que Joaquín lo tiene todo para ser un jugador de fútbol realmente grande. Lo que que aún no está claro es si, tal y como puntualizaba Johan Cruyff cuando hablaba de Iván de la Peña, además de jugar bien llegue a ser un buen futbolista.
Los aficionados béticos le adoran y le increpan a partes iguales. Joaquín ha sido uno de los jugadores más queridos desde su llegada al club desde la localidad gaditana de El Puerto de Santa María con 15 años. Fue el mejor jugador del equipo juvenil verdiblanco que ganó la Copa del Rey de 1999 y los hinchas béticos le elevaron a la categoría de figura desde que debutará con el primer equipo en el Trofeo Colombino de 2000. Ahora le acusan de falta de profesionalidad y tanto en los entrenamientos como en los partidos disputados en Heliópolis son frecuentes los reproches que le acusan de dejarse la piel con la selección y de holgazanear cuando lo hace con el Betis. En un partido reciente, la directiva del club mandó retirar una pancarta en la que estaba escrito: "Joaquín eres la mentira". También hubo rechifla cuando se supo que había sufrido un desvanecimiento tras el encuentro contra el Barcelona en Sevilla. "Para un día que corre, se desmaya", coreó un grupo de aficionados.
A lo largo de la temporada se ha especulado con su marcha al Real Madrid o, más recientemente, al Chelsea inglés. Por su parte, él se ha declarado seguidor del Madrid y admirador de los londinenses, para desesperación de la afición verdiblanca a la que apenas ha ofrecido tres buenos partidos y siete goles esta temporada y que vincula su apatía con su presumible marcha. Los béticos se han resignado a que el gaditano se convierta en una verdadera estrella ya en otro club. Él se ríe, como siempre, como de todo.
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