A falta de toreo, banderillas
Toreo no hubo. Y eso que estaban tres que se dicen toreros. Y la emoción llegó en los dos tercios de banderillas que protagonizó El Fandi, espectaculares, vibrantes, magníficos algunos pares, que levantaron al público de sus asientos. El granadino volvió a demostrar que es el mejor intérprete de esta suerte, y la ejecuta con auténtica maestría. De poder a poder, al violín o andando hacia detrás, clava en la misma cara y provoca el delirio en los tendidos.
Pero toreo no hubo. Y sí toros que lo permitieron, pero los llamados toreros, especialmente Caballero y El Cid, fracasaron estrepitosamente. El Fandi estuvo voluntarioso en su apocado primero, y valiente en el sexto, al que arrancó algunos naturales vistosos, aunque sin ligazón.
Gavira / Caballero, El Cid, El Fandi
Toros de Gavira -el 6º, devuelto-, bien presentados y con cuajo, mansos, nobles y parados en el tercio final; el 1º, encastado y noble; el 5º, deslucido, desarrolló sentido. Manuel Caballero: pinchazo y estocada (ovación); pinchazo y media (silencio). El Cid: estocada caída (silencio); pinchazo, estocada casi entera y un descabello (silencio). El Fandi: pinchazo hondo y un descabello (ovación); bajonazo (oreja). Plaza de la Maestranza, 30 de abril, 16ª corrida de abono. Lleno.
El mejor toro de la tarde, el primero, le tocó a Caballero. Noble, de suave y larga embestida, era algo así como el toro soñado para el triunfo. Muchos pases y ausencia total de toreo. Claro que es imposible la emoción cuando la muleta se presenta retrasada, se utiliza el pico y aquello no tiene fundamento ni hondura. Si un torero no triunfa con ese toro, es motivo suficiente para una reflexión serena. También embistió el cuarto, pero el torero se colocó siempre al hilo del pitón, y más de lo mismo.
Preocupante, también, la actuación de El Cid. Conformista, sin ilusión, vulgar, a años luz el torero que ha sido hasta ahora. Perdió una extraordinaria oportunidad ante el noblote segundo y dejó su cartel bajo, muy bajo. El quinto desarrolló sentido y peligro y saldó la papeleta como pudo.
A falta de toreo, sólo banderillas. Un pobre balance.
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