El enredo sobre Ronaldinho
Rijkaard se sorprende de que Laporta 'invente' un conflicto con el brasileño cuando quiere seguir
"Necesitamos tranquilidad. No vamos a inventar problemas cuando no existen". Frank Rijkaard, técnico del Barça, cerró ayer con esa frase su discurso sobre la tormenta desatada el miércoles por el propio Joan Laporta, presidente del club, cuando expresó su temor de no poder retener a Ronaldinho si un club está dispuesto a pagar su cláusula de recisión [100 millones de euros]. Laporta confesó su inquietud en una entrevista y pese a que después la matizó hasta neutralizarla, la alarma se desató en Barcelona. El Barça ha recibido varias ofertas por Ronaldinho, entre ellas una del magnate ruso Román Abramovich, dueño del Chelsea, por 60 millones. "Ronaldinho no está en venta ni por todo el oro del mundo", dijo por la noche Laporta para zanjar cualquier malentendido.
Pero la inquietud ya estaba en la calle y también cierto malestar en el cuerpo técnico, que no alcanza a comprender por qué Laporta alimentó el temor cuando Ronaldinho ha dicho mil veces que no tiene la menor intención de dejar el Camp Nou y su hermano y mánager, Roberto de Asis, ha programado la carrera del jugador para que alcance el cénit en el Mundial 2006. Rijkaard, en un acto ayer en Camp Nou en la que actuó de anfitrión con Luis Fernández, técnico del Espanyol, con vistas al derby del domingo, hizo esta reflexión cuando se le planteó si le sorprendía el revuelo: "Ronaldinho ha repetido que está muy contento y los socios lo están con él. No vamos a crear un problema que no existe".
Los antecedentes, sin embargo, han hecho mella. La afición azulgrana sufrió en 1996 una conmoción cuando Ronaldo, tras cuajar una temporada espectacular, decidió irse del club. El Inter pagó su cláusula de 4.000 millones de pesetas y se marchó. El caso no es idéntico. Ronaldo, ya en octubre de ese año, pidió un aumento de sueldo y Ronaldinho, pese a ser el quinto jugador mejor pagado, no lo ha hecho. Es más: ha añadido que le satisfacen sus ingresos (4 millones de euros fijos más 2 variables). La junta programó aumentarle la ficha el próxima año, pero se plantea subírsela ya para compensarle por su gran temporada. La economía del club está en fase de reconstrucción y la directiva tampoco hará locuras que hipotequen su presupuesto.
Ajeno al alboroto, Ronaldinho llegó ayer de Hungría, donde jugó con Brasil, y mostró su cansancio por un debate que no ha propiciado: "Lo vengo diciendo desde hace tiempo: no pienso en otra cosa que no sea el Barça. No tengo ninguna queja ¿La ficha? Estoy contento con ella pero si quieren subírmela, pues bien, no me molestará. Estoy tranquilo y sin razones para estar nervioso. Es bueno tener la confianza del entrenador: quiero jugar, trabajar y ya está". Rijkaard sólo quiere paz ante el derby y ayer puso distancia respecto a otra frase de Laporta, que dijo que Ronaldinho era como Cruyff pero en color. "Al entorno", dijo con una mueca, "le gusta comparar jugadores pero hay que respetar a cada uno de ellos. Ronaldinho marca la diferencia, es impresionante y podría mejorar aún más y ser más determinante. Es el jugador que más impresiona ahora en el fútbol".
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