Castells ofrece al Gobierno central un "pacto de lealtad mutua" entre Cataluña y España

El consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, ofreció y reclamó ayer a un tiempo un "pacto de lealtad recíproca" entre los Gobiernos central y catalán. Este pacto pasaría por que Cataluña pese y esté en el "puente de mando" en España, sin generar por ello "suspicacias ni desconfianza", y, a cambio, por que Cataluña se comprometa y haga suyo el "proyecto común". La propuesta vino al hilo de la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica, sobre el que el presidente Pasqual Maragall subrayó: "La solidaridad no desaparecerá, pero se debe racionalizar".

En una conferencia ante el Círculo de Economía, Antoni Castells subrayó que Cataluña no pide un trato de privilegio respecto de otras comunidades -"No queremos más que nadie", dijo-, pero tampoco está dispuesto a quedarse con menos.

El cambio del color político en el Gobierno central abre, a juicio de Castells, "una gran oportunidad" tras los años en los que el PP, con su modelo radial de infraestructuras y su actitud ante el empresariado catalán, "rompió la lógica de la bicapitalidad", en la que Cataluña tendía a ser capital económica, y Madrid capital política.

Castells concluyó con este mensaje político un discurso ante empresarios que arrancó con contenido económico -no pasó por alto la asignatura pendiente del crecimiento con mayor productividad y la urgencia de cambiar el actual modelo económico para lograr mayor competitividad.

Pero la "gran oportunidad" debe pasar una primera prueba de fuego en la reclamada revisión del actual sistema de financiación autonómica acordado en 2001 por los Gobiernos de José María Aznar y Jordi Pujol, que según el consejero empezará a negociarse en las próximas semanas con un "Gobierno amigo", sin que por ello el panorama se perfile fácil. Cataluña arrastra un "déficit fiscal excesivo", enfatizó, en el que preocupan sobre todo las necesidades financieras derivadas de la evolución del gasto sanitario. "Hacen falta medidas correctoras", añadió.

También ayer aludió a la reforma de la financiación autonómica el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien lo defendió con el argumento de que la solidaridad económica de Cataluña con el resto de España "no desaparecerá, pero se debe racionalizar".

Maragall habló de este asunto en Ripoll, en su primera visita como presidente a la comarca del Ripollès. Debe haber cambios en el modelo vigente porque éste "fue muy insuficiente y nos encontramos, además, con que algunos aspectos de la situación financiera son un poco peores de lo que ya esperábamos".

El rechazo por parte de la izquierda catalana al acuerdo de 2001 se ha reafirmado tras los cuatro meses que el nuevo Gobierno catalán lleva desentrañando el estado real de las finanzas de la Generalitat. "Ya nos esperábamos que no iría bien porque el sistema no era bueno", dijo, "pero en algunos aspectos supera las expectativas".

La propuesta que formulará el tripartito será la de un sistema "tan atractivo, claro y evidente que habrá que aceptarlo", afirmó Maragall. Su negociación debe ser "bilateral" entre el Gobierno central y la Generalitat, recordó ayer desde Madrid el conseller en cap, Josep Bargalló, informa Luis R. Aizpeolea. En relación al Estatut, Bargalló avanzó que ERC pedirá un referéndum si José Luis Rodríguez Zapatero no cumple su promesa de apoyar lo que acuerde el Parlament.

Las distintas opiniones expresadas por miembros del Gobierno central acerca del calendario para la negociación de un nuevo modelo de financiación autonómica han llevado al grupo parlamentario de CiU a preguntar formalmente en

el Congreso al vicepresidente económico, Pedro Solbes, que explique "cuál es la posición colegiada del Gobierno sobre el calendario para su aprobación y puesta en marcha". CiU también pretende que el Ejecutivo publique las balanzas fiscales de las comunidades.