"Nunca me dan papeles de princesa"

De lo más sencilla. Adriana Ozores (Madrid,1959) se presentó en el Festival de Cine de Málaga con unos vaqueros y cargando una mochila. Acudió a la presentación de Hector, la última película de Gracia Querejeta que concursa en la sección oficial. La eterna secundaria, como muchas veces la han llamado, ha saltado a la primera fila después de muchos años en la profesión. Ha trabajado con directores como Mariano Ozores, Borau, Mercero o Albadalejo. Triunfó en 1997 con ¿De qué se ríen las mujeres? y un año después vino el Goya a la mejor actriz de reparto por La hora de los valientes, de Antonio Mercero. Contesta a las preguntas tranquilamente, sentada en la puerta del teatro en el que se ha proyectado su película.

Pregunta. ¿Tiene la sensación de que los personajes que interpreta son casi siempre mujeres muy fuertes?

Respuesta. No, me he metido en la piel de mujeres llenas de miedos e inseguridades que no eran especialmente fuertes. Quizás esa percepción se deba a mi aspecto o a mi forma de interpretar.

P. ¿Se considera fuerte?

R. No especialmente. Soy una persona a la que le pasan cosas. A veces valiente y otras cobarde.

P. ¿Qué es lo que más le ha gustado de su trabajo con Gracia Querejeta?

R. Como trata los miedos, en especial esos pequeños que son tan vergonzosos de confesar, que nos hacen tanto daño y nos limitan tanto para ser felices.

P. ¿Y qué le atrajo de Tere, su personaje?

R. Que es una mujer de cuarenta años que deja de ser hermosa, atractiva y se encuentra que su maternidad ha quedado en segundo plano porque los hijos se han hecho grandes y cómo tiene la necesidad de asirse a lo que sea para ser alguien.

P. Tere vive en un barrio obrero, como la madre de Manolito Gafotas, el personaje que interpreta en Antena 3 ¿Tiene facilidad para esta clase social?

R. Algo deben ver en mi los directores cuando me acercan a lo popular. Nunca me dan personajes de princesa, seguramente porque son más distantes y no soy así.

P. ¿La paran más por la calle desde que aparece en televisión?

R. Un poco más, pero no mucho. Sigo viajando en metro y haciendo la compra en grandes almacenes.

P. ¿Le preocupaba perder intimidad?

R. Un poco, porque soy muy reservada para mis cosas. Pero he seguido haciendo mi vida de lo más normal.

P. ¿Siente que tiene un golpe de suerte?

R. La tengo desde que comencé. Desde el 86 estoy en la Compañía Nacional de Teatro Clásico haciendo protagonistas, lo que pasa es que ahora soy más conocida.

P. ¿Pesa mucho el apellido Ozores?

R. Te llena mucho, me ha dado todo el conocimiento que tengo de la profesión. He heredado la experiencia de que te conozcan por la calle y también los apuros económicos de mi familia. Para mí eso es oro.

P. ¿No pensó en otra profesión?

R. Sí, con 20 años estaba en la escuela de artes aplicadas, pintando, trabajando con barro....

P. En la película su sobrino le da consejos de cocina ¿Es buena cocinera?

R. Sí, me gusta mucho, y no se me da mal. El truco de echarle vinagre al cordero no lo conocía, yo se lo echo al pescado.