"Gobiernos y medios deben desvincularse"
La mañana que ocupó el despacho de director de TV-3, hoy hace tres meses, Francesc Escribano (Vilanova i la Geltrú, 1958), periodista de la casa desde hace 20 años, se desayunó con la noticia de que el entonces conseller en cap, Josep-Lluís Carod, se había entrevistado hacía unos días con ETA. Con el espinoso asunto aún coleando, arrancó la intensa campaña electoral y, en su recta final, llegó el horror con el 11-M. Luego, la convulsa víspera de la cita con las urnas y el inesperado vuelco político.
Pregunta. Su llegada a la dirección de TV-3 no ha sido precisamente apacible.
Respuesta. No, nada tranquila. Estos tres meses me han parecido un año. Pero lo sucedido ha servido para comprobar que la maquinaria va, algo que sólo es verificable si hay tensión informativa.
"Debemos defender el catalán, pero si alguien quiere tiene que poder expresarse en castellano"
"La presión más fuerte que soportamos es la exigencia de los telespectadores"
P. ¿Por qué aceptó el cargo?
R. Porque he crecido profesionalmente en esta casa y, como a otros muchos de mis compañeros, me preocupa su futuro. Y pienso que la mejor manera de responsabilizarse de él es estando al frente.
P. De los tres nuevos directivos de los medios públicos en esta nueva etapa de Gobierno tripartito [Joan Majó, al frente de la Corporación Catalana de Radio y Televisión, y Montserrat Minobis, de Catalunya Ràdio son los otros dos], usted es el único no cuestionado, ni por los políticos, ni por el colectivo profesional. ¿Esta aceptación general añade presión a su tarea?
R. Las expectativas sobre TV-3 siempre son muy elevadas, tal vez demasiado, y, a veces, es imposible no defraudarlas. Sinceramente, lo que más me importa en este momento es no decepcionar a nadie, y eso me da un cierto vértigo.
P. Pero no se puede contentar a todo el mundo. ¿Ya ha empezado a recibir presiones?
R. La presión más fuerte que soportamos es la exigencia de los telespectadores, y así debe ser. Hay que pedirle mucho a TV-3. Lo que nos hace ser mejores que la competencia es que no se nos perdonan según qué cosas. Pero aunque a veces esa exigencia nos coloque en situaciones difíciles, no es bueno que disminuya.
P. ¿Tampoco la de los políticos?
R. Todo el mundo debe exigirnos: los políticos, las instituciones, los ciudadanos...
P. ¿Qué van a notar los telespectadores de TV-3 de su estilo?
R. Creo que hay dos cosas que puedo aportar. La primera es reforzar la idea de que televisión es trabajo en equipo y la segunda insistir en que ésta tiene que ser una cadena comprometida. TV-3 debe tener muchas militancias por ser una televisión pública y catalana.
P. ¿Una televisión pública ha de ser deficitaria?
R. El término deficitario no me gusta para definirnos. Desde que tenemos un contrato-programa que nos asegura ingresos no somos una cadena muy deficitaria. Lo que ocurre es que existe una diferencia básica entre las televisiones privadas y nosotros, y es que nuestros clientes son los ciudadanos, mientras que los suyos son los anunciantes. El objetivo de una cadena comercial es ganar dinero, el nuestro es pensar en la rentabilidad social, cultural y de país. Eso significa que esta televisión nunca podrá sufragarse exclusivamente con la publicidad, sino que, como todas las públicas, necesita la aportación de los contribuyentes.
P. Pero esa rentabilidad social, cultural y de país les complica la lucha por la audiencia.
R. Sí. Los programas del corazón son muy rentables para la competencia. También el sensacionalismo da réditos en términos de share. Y pese a que nuestra ambición es ser líder, no podemos utilizar los mismos medios que los demás para ganar. No nos interesa crear un star system de usar y tirar, el fast food televisivo no es lo nuestro, lo que no significa que no debamos hacer una televisión fácil y de consumo, pero sin alcanzar los niveles de vulgaridad de las otras cadenas.
P. Pues se les avecina una época complicada para mantener la audiencia: la boda real, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos...
R. Sí, pero nosotros tenemos el Fòrum. Ya sé que no es un producto tan masivo mediáticamente como los que usted cita, pero confiamos mucho en él. Por otra parte, antes los grandes argumentos para conseguir audiencia eran el fútbol y el cine, pero eso ha cambiado. Hay que buscar nuevas fórmulas, y en nuestro caso vamos a apostar por una ficción de calidad, los informativos, que ya gozan de gran prestigio, y una línea de entretenimiento diferenciada de la del resto.
P. Ha llegado al cargo en un momento de transición, ya que el Gobierno se ha comprometido a reformar las leyes audiovisuales para despolitizar los medios. ¿Cree necesario este cambio legislativo?
R. La percepción que tenemos de TV-3, sobre todo en los últimos años, es la de que no es una televisión partidista, pero todo lo que sea profundizar en esa línea es bueno. No quiero entrar en si hasta ahora las cosas se han hecho bien o mal , pero sí es necesario que las leyes desvinculen los medios públicos de los gobiernos.
P. ¿Qué tiene que responder a las críticas al canal 3/24?
R. Pues que hay que buscar estrategias de sostenibilidad económica, garantizar su financiación, y en ello estamos.
P. Y a las críticas de españolización de la cadena.
R. Entre las militancias de TV-3, una de las más importantes debe ser a favor del catalán, pero no podemos olvidar nuestro compromiso con la calle, con la gente, con la realidad de este país. De manera que debemos defender siempre la presencia del catalán y esforzarnos para que ésta aumente, pero si alguien se quiere expresar en castellano tiene que poder hacerlo. Eso siempre ha sido así.
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