Víktor Danílov, historiador
Víktor Danílov, uno de los más importantes historiadores rusos del siglo XX, falleció la semana pasada en Moscú a los 79 años de edad, víctima de una hemorragia cerebral.
Nacido en una familia campesina en 1925, durante toda su vida permaneció fiel a sus raíces e hizo de la difícil historia del campesinado soviético su profesión. Danílov conoció en carne propia la tragedia provocada por la colectivización estalinista: en los terribles años que siguieron a la revolución bolchevique, su familia tuvo que darse a la fuga y se instaló en la región de Oremburgo, en las estepas al sur de los Urales, donde nació -en la ciudad de Orgsk- y a los 7-8 años de edad vio cómo los campesinos morían de hambre.
A los 17 años, inmediatamente después de haber terminado sus estudios secundarios, fue movilizado al frente, donde combatió en la segunda guerra mundial como teniente de artillería. Fue esa experiencia la que hizo nacer el deseo de convertirse en historiador: quería comprender -en un impulso ingenuo, como lo definiría más tarde- los acontecimientos de los que le había tocado ser testigo. Después de la guerra, estudió en la faculta de Historia de la Universidad de Oremburgo, donde se graduó en 1950.
Su vida de investigador está indisolublemente ligada al Instituto de Historia de Rusia de la Academia de Ciencias, donde fundó un grupo de estudios del campesinado soviético. Danílov aprovechó el deshielo de la época de Nikita Jrushov para escribir una historia sobre la colectivización de agro de los años 1928-1932, en la que describió por primera vez en la historia soviética la catástrofe que ella significó, con millones de muertos. Pero la obra fue terminada cuando la situación política había cambiado radicalmente y, terminado el deshileo, el libro, junto con otras investigaciones, fue prohibido y no pudo ver la luz.
Con la llegada de la perestroika, Danílov retoma la tarea de dar a conocer la verdad sobre la tragedia que vivió el campesinado en la época soviética. Aprovechando la apertura parcial de los archivos, publica una serie de recopilaciones de documentos que cubren la historia del campesinado ruso desde 1905 hasta los años del terror y la hambruna. Después continúa su obra para completar el panorama del agro soviético del siglo XX.
Su deseo de relatar la verdad nunca lo llevó hasta la disidencia: hasta su muerte continuó siendo un marxista convencido, partidario de un socialismo democrático.
Entre sus obras destacan la clásica La aldea prekoljoziana (1977) y las publicaciones de documentos sobre el campesinado soviético: los cinco volúmenes de La tragedia de la aldea soviética y los tres de La aldea soviética vista por la Checá, el GPU y el NKVD. 1918-1939.-
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