Siro García deja la Audiencia Nacional por discrepancias con su presidente

Siro García, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional -la encargada de juzgar entre otros a terroristas y narcotraficantes-, deja su puesto por discrepancias con el presidente del organismo, Carlos Dívar, según informaron ayer fuentes jurídicas de la citada audiencia.

La situación se deterioró en las últimas reuniones de la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional, en las que Dívar, de talante conservador y muy religioso, y García, progresista próximo al socialismo, mantuvieron criterios encontrados en varios puntos, entre ellos uno relativo a los atentados del 11-M, lo que ha originado una cierta incomodidad, puesto que García tiene mayor rango en la carrera judicial al ser magistrado del Tribunal Supremo, pero por su función está a las órdenes del presidente de la Audiencia. Las posturas discrepantes no han trascendido al ser secretas las deliberaciones.

Retorno a la Sala Segunda

Siro García ha pedido el retorno a la Sala Segunda del alto tribunal de la que ya formó parte entre 1989 y 1991 y que precisamente abandonó, a pesar de ser plaza de inferior rango, para presidir la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en lo que se interpretó entonces como un compromiso personal en la lucha contra el terrorismo.

El magistrado tiene 67 años y le faltan dos y medio para la jubilación, por lo que previsiblemente quedará adscrito a la Sala Segunda hasta ese momento, máxime cuando uno de sus integrantes, Cándido Conde-Pumpido, será nombrado este viernes fiscal general del Estado.

Siro García es un magistrado de gran prestigio que fue ponente en el macrojuicio del síndrome tóxico y fue miembro del tribunal que condenó a Mario Conde por apropiación indebida. Ha condenado por delitos de terrorismo y asesinato a numerosos comandos de ETA, y al ex general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo por los asesinatos de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala.