Partiendo el cochinillo

El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y su prometida, Letizia Ortiz, protagonizaron en el Alcázar de Segovia, el pasado fin de semana, la típica ceremonia de cortar el cochinillo asado con el borde de un plato, que se lleva a cabo tradicionalmente para mostrar la ternura de la carne y la textura de la piel, lanzando después la vajilla al aire, a modo de brindis. Bajo un fresco donde se representa la proclamación de Isabel la Católica como reina de Castilla, en 1474, junto a los arcos románicos de la iglesia segoviana de San Miguel, obra contemporánea del artista Carlos Muñoz de Pablos, la pareja celebró en la sala de la Galera de la fortaleza el XX aniversario del ingreso del heredero de la Corona en la Academia General Militar de Zaragoza, junto a sus compañeros de la XLIV promoción, en una reunión en la que participaron cerca de 250 comensales, quienes aprovecharon la ocasión para realizar regalos a los novios. Doña Letizia felicitó al hostelero José María Ruiz por la calidad del también llamado tostón, y se interesó por que hiciera llegar, si le preguntaban, que había tomado dos raciones, argumentando que luego hay periodistas que insisten en que no come. Ruiz, propietario de la bodega del Pago de Carraovejas, que sirvió el vino, pasó para su firma a don Felipe el libro de honor, quien dejó por escrito su "recuerdo a una entrañable cena de la promoción (...) que me alegra poder compartir en este momento con mi futura esposa", que también plasmó su firma. Asimismo, el hostelero mostró otro libro donde se encuentran las firmas de los Reyes de España y de la condesa de Barcelona, doña Mercedes de Borbón, quien compartía con José María Ruiz su afición por el torero Curro Romero, de quien ambos hablaban con pasión cuando la madre de don Juan Carlos se acercaba a su restaurante, muchos veranos, junto a un grupo de amigas. Los novios, que abandonaron el Alcázar, ya en la madrugada de ayer, domingo -aunque fueron los primeros en hacerlo, porque la sobremesa continuó por más tiempo-, en un coche conducido por el Príncipe, recibirán estos días un regalo de la fundación que lleva el nombre de don Juan de Borbón, cuyo presidente de honor es don Felipe de Borbón, de manos del alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, que consiste en un cuadro del pintor Luis Moro, de la serie Los ciegos corredores, que representa las cabezas de dos caballos a pleno galope como una metáfora de la aceleración con la que vive la sociedad.-