El director de las políticas sociales

Una vez repuesto de la sorpresa de que el ministerio que le ofreció su amigo José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera se ha mentalizado para sacar a ese departamento el máximo partido a su enorme potencialidad reformista, dadas las competencias de que va a disponer para desarrollar políticas sociales. A Caldera le resulta gratificante, como socialdemócrata, saber que las medidas que salgan de ese departamento pueden ayudar a mejorar de forma muy directa las condiciones de vida de millones de ciudadanos. Bajo su mando tendrá desde la Seguridad Social a las políticas para favorecer la integración de los inmigrantes, las referidas a las relaciones laborales y el empleo así como las medidas para promover la igualdad de derechos de la mujer, el acceso de la juventud al trabajo y la vivienda, y las ayudas a la familia y los discapacitados. Un territorio sobre el que se asentó uno de los pilares del programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones, y del que fue coordinador general Caldera.

Natural de Béjar (Salamanca), de 46 años, casado y con tres hijos, licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas y Sociología, el ministro de Trabajo es uno de los primeros amigos que Zapatero hizo en la política. Desde que en 1993 fue elegido portavoz adjunto del Grupo Socialista en el Congreso, bajo la dirección de Carlos Solchaga, apoyó el trabajo parlamentario de Rodríguez Zapatero. Y también durante la labor de oposición al PP se apoyaron mutuamente. Caldera formó parte del equipo con el que en 2000 Zapatero conquistó la secretaría general del PSOE, y éste le encomendó después la portavocía del Grupo Socialista en el Congreso. Ahora no le ha confiado un puesto del máximo relieve institucional pero sí en la política social.