Roma paga a traidores
Asumí la dirección del Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC) el 1 de septiembre de 2003, sin más presupuesto definido que 36.000 euros anuales para pagar mis honorarios; sin tener programación alguna para 2003 y con un equipo técnico heredado que trabajó bien hasta la inauguración de Tinieblas: Poéticas artísticas de la violencia, que destapó la caja de truenos de la política censora del Partido Popular y las intenciones de los técnicos desleales del Espai.
Si haber inaugurado tres exposiciones en el Espai en seis meses (Cambio de valores, Contemporánea y Tinieblas), haber concertado acuerdos con instituciones de Castellón y haber negociado una programación internacional para el 2004, le parece al PP insuficiente. ¿Qué hace este director del Espai en Castellón?
Tras las desavenencias públicas entre el actual consejero de Cultura y el director del EACC acerca de la libertad de los artistas para reflexionar sobre la violencia humana y las condenas continuas a mi gestión en la prensa. ¿Cómo podía seguir colaborando con este político del Partido Popular?
Los caminos de los profesionales democráticos de la cultura van en una dirección y los caminos de los políticos censores de la cultura van en dirección contraria.
¿Hay que hacer público que la exposición Tinieblas. Poéticas artísticas de la violencia a nivel de difusión, catálogo y actividades ha sido prohibida por escrito? ¿Que la agenda artística del EACC para 2004, aprobada por Presidencia de la Generalitat Valenciana, ha sido también prohibida? ¿Que el Espai d'Art Contemporani de Castelló ha estado tres meses bloqueado económicamente?
Haría usted bien en pagar los adeudos de los colaboradores del programa de exposiciones, publicaciones y actividades desarrollado en el Espai, antes de que se produzca la recomendable auditoría de un centro público y de los técnicos que han propuesto contrataciones con terceros.
El balance de su gestión de la cultura valencian es tan negativo y el acoso y derribo de Consuelo Ciscar, tan deplorable, que resulta vano seguir escribiéndole cartas, presentarle programas de exposiciones y pedirle una audiencia que nunca concedió. Un profesional de la cultura, con convicciones democráticas y con sobrada dignidad, ya no puede perder más el tiempo con un censor de la cultura. Mucho menos ahora que sé que el Partido Popular, donde usted milita, paga servicios a traidores.
A diferencia de Roma, claro está.
Manuel García es director del Espai d'Art Contemporani de Castelló.
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