Dani enreda otra vez

El delantero trianero Dani es inevitable. Si sale al terreno de juego siempre da que hablar, ya sea por su capacidad para rebañar balones y por los goles que marca o, con bastante más frecuencia, por su actitud de engañador de árbitros.

Víctor Fernández apostó ayer por él como compañero de Alfonso en la delantera. Su movilidad, en definitiva, su juego, contribuyó mucho al trabajo de su equipo que, espoleado tras el temprano gol azulgrana, dejó atrás cualquier cautela y se lanzó con una fe y unos arrestos desconocidos este temporada en el conjunto de Heliópolis hacia la meta de los barcelonistas. Su juego cristalizó en algunas buenas jugadas de ataque de su equipo. Pero, una vez más, fue la parte zascandil de su fútbol la que más se vio.

En el minuto 32, a la salida de un saque al área, Dani fingió un penalti con una más de sus acrobáticas caídas. Era la trecera vez que intentaba engañar al árbitro con sus gestos exagerados. El balón salió del área azulgrana y entonces le llegó a Víctor Valdés la hora de hacer la tontería. Enfadado por la simulación previa del delantero bético, le empujó cuando éste agarraba la mano del caído Reiziger. A pesar de que el balón estaba muy lejos del área barcelonista, las protestas del público llevaron a Lizondo Cortés a consultar el suceso con su juez de línea. Éste aconsejó la cartulina roja para el portero y penalti para el Betis. Una decisión pocas veces vista. Dani se salió con la suya, una vez más su fútbol sin fútbol dio frutos.

El delantero bético se está creando muchos enemigos en casi todos los campos de España. No le olvidan en San Sebastián por engañar al árbitro, en el encuentro de la temporada pasada en Sevilla y conseguir un penalti inexistente en el descuento. Se la guardan en Valencia por una expulsión de Ayala, también el curso pasado. Tras una entrada del argentino llegó a ponerse un collarín, que se retiró en el segundo tiempo. Ahora tampoco le apreciarán Barcelona.