Generalitat y Cámaras piden al Estado que mantenga las inversiones previstas hasta 2010

La ronda de contactos institucionales que mantiene el presidente de la Generalitat desde el vuelco electoral del pasado 14 de marzo llevó ayer a Francisco Camps a reunirse con el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, una cita que culminó con una solicitud conjunta para que se mantengan las inversiones previstas en territorio valenciano hasta 2010, cifradas en 32.000 millones de euros, de los que la mitad corre a cargo del Estado. El cierre de filas desborda el trasvase del Ebro o el tren de alta velocidad y se extiende a toda una óptima base de infraestructuras.

La Comunidad Valenciana perderá en 2006 los fondos europeos que recibe en la actualidad como región Objetivo 1, donde la renta es inferior al 75% de la media europea y debe preparar "el salto" para negociar en la mejores condiciones la distribución de los fondos Objetivo 2, destinados a fomentar iniciativas de investigación, desarrollo e innovación o la calidad del medio ambiente.

En tal tesitura, el presidente de la Generalitat aseguró que los valencianos "han hecho los deberes" y pueden "afrontar el futuro con optimismo", pero siempre que defienda sin fisuras las inversiones previstas en infraestructuras básicas hasta 2010. "Tenemos que trabajar todos en la misma dirección", dijo Camps rodeado por los presidentes de las Cámaras de Alcoi, Alicante, Castellón, Orihuela y Valencia, "y mantener un discurso homogéneo y coherente en todos los foros de representación, política, institucional y corporativa" en defensa de "proyectos fundamentales" para garantizar la competitividad futura de la Comunidad Valenciana.

Arturo Virosque, en calidad de presidente del Consejo de Cámaras de Comercio, fue más explícito. Virosque garantizó "todo el apoyo" al presidente de la Generalitat. "El plan hidrológico no puede tener variación de ninguna clase", sentenció el dirigente cameral, "y en el AVE no puede haber diferencias en el trazado porque cualquier cambio supone al menos dos años de retrasos".

El informe elaborado a instancias de la Cámara de Comercio de Valencia en torno a la delicada situación que atraviesan los sectores manufactureros de la Comunidad Valenciana ante la creciente competencia internacional sólo mereció un comentario lateral del presidente de la Generalitat para arrimar el ascua a su sardina. "Las cosas las tenemos coherentemente claras", dijo Camps, "hacen falta infraestructuras, innovación y competitividad en el territorio". Y agregó: "Hay un factor de confianza que añadir a nuestros sectores tradicionales más allá de coyunturas que pueden derivar en situaciones estructurales". El presidente cerró su discurso con una vuelta al origen: "Lo importante es que no se generen dudas, porque la duda significa demoras, un intangible al que se concede mucho valor en economía".