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La esgrima japonesa de los samuráis valencianos

65 kendocas de toda España participaron ayer en el I Open de esta disciplina organizado por el Servicio de Educación Física y Deportes de la Universitat de València. Este singular deporte, que la mentalidad occidental traduce para simplificar como esgrima japonesa, cobra en la mañana dominical de hoy -para los que lo quieran visitar- forma de curso en el pabellón universitario.

La variante oriental dista mucho de su correlato occidental, no sólo en la indumentaria, cuya versión prêt-à-porter asciende a 500 euros. Por ejemplo, el kendoca, a diferencia del tirador de esgrima, avisa con su grito antes de atacar con su shinai o espada de bambú. ¡Men!, si se dispone a propinar un golpe en la cabeza, do (en los costados), tsuki (en la garganta) y kote (en las muñecas). En los combates que duran tres minutos no hay diferenciación por dan (experiencia del competidor), peso, ni sexo porque la filosofía de este arte marcial no es la competición.

El origen del kendo, tal y como hoy se conoce, se remonta al Japón feudal, época en la que el auge del budismo zen, junto con la prohibición de las letales katanas de los samuráis imprimieron a la hasta entonces actividad guerrera, un carácter inocuo de mejora espiritual. Quizá haya asimilado esta filosofía la saga de los tres hermanos Castro, unos letrados kendocas baleares que han logrado en la última década los Campeonatos de España. En el palmarés del primogénito José, de 29 años, destaca un primer y tercer puesto en sendos campeonatos europeos. Los tres imparten sus conocimientos estos días, mientras el árbitro argentino de origen japonés Ernesto Kimura atisba los tácticos movimientos de los kendocas sobre el shaho. Kimura tilda de "meritoria" esta iniciativa para promocionar un deporte minoritario que en Latinoamérica tiene todavía menor arraigo.

Por otra parte, el presidente de la Federación de Judo y de disciplinas asociadas de la Comunidad Valenciana, Emilio Valcaneras, cifra en 250 las licencias federativas de kendo en las tres provincias y en 600 en el conjunto de España. Como encargado estatal de las disciplinas asociadas apunta que la predilecta es el aikido, aunque vaticina que pronto sucumbirá ante la preeminencia del taichi.

Para clausurar la competición, la exhibición de kyudo, el equivalente japonés al tiro con arco, pasmó a unos espectadores ya entregados al ritual del kendo. Tal es la entrega al sigilo, misticismo y meditación del arco asiático que casi todos olvidaron que esto también es deporte.

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