Solidaridad taurina

Al único que no se le pidió colaboración para la causa, el viento, se invitó solo y restó brillantez a un festejo en el que la tauromaquia mostró su solidaridad por las víctimas del terrorismo.

Aun con el viento en contra, en el toreo nunca sopla a favor, el festival tuvo un recorrido lleno de detalles. Desde la casta rebelde de Espartaco hasta la sincera actitud del novel Juan Ávila, pasando por la torería de Joselito, la soberana maestría de Ponce, la voluntad de Barrera, los detalles de Morante, la solidez de El Juli y los golpes clásicos de Manzanares, que se quitó la espina de su fracaso fallero.

Excepto la incomodidad del novillo de Zalduendo y la endeblez del de Juan Pedro Domecq, el resto, con altibajos, también aportó su colaboración. El séptimo, tercero de los que lidió Daniel Ruiz, fue excelente y bravo casi en exceso el novillo de Fuente Ymbro que cerró la función.