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Jóvenes rumanas por el día, menores marroquíes durante la noche

"Dice Gallardón que él cumple el 100% de lo que promete, ¿no? Pues a ver si es verdad. Vamos a confiar en que este plan acabe por fin con la prostitución callejera", afirma Gilmar Barbosa, vicepresidente de la asociación de comerciantes de Montera y aledaños (Amya). Barbosa explica que, en los últimos meses, las prostitutas suramericanas, que llegaron a ser clara mayoría, han sido "totalmente desplazadas" por surafricanas y, sobre todo, rumanas. Ellas, "entre 180 y 200 diarias, aunque se van turnando", trabajan mañana, tarde y noche. En el final del día coinciden con "chicos marroquíes, muchos menores", que ofrecen también sus servicios sexuales.

Según los comerciantes, las prostitutas no sólo crean un problema estético a los empresarios del barrio porque ahuyentan a algunos compradores, sino que generan "suciedad e inseguridad". "Yo he visto a proxenetas armados hasta con pistolas. Después, la policía me ha dicho que son de fogueo, pero ¡cómo voy a saber yo eso!", dice Barbosa, que calcula que cada proxeneta controla a cuatro o cinco meretrices.

A este trabajador le parece bien el plan del Ayuntamiento, aunque algo inútil su intención de inspeccionar hostales y pensiones a la busca del proxeneta. "Donde se ejerce de verdad la prostitución es en los pisos de las calles de Jardines, 2, y Caballero de Gracia, 4, y en otros que hay encima de un bar, aquí al lado. En total, en esos tres sitios habrá unas 30 camas que se alquilan por tiempos de 15 minutos. Haciendo el cálculo, sale a más de mil servicios por día, y son locales que, por supuesto, no pagan impuestos".

Un plan "demagógico"

La operación anunciada por el gobierno municipal no gustó nada a los partidos de la oposición, que ni confían en sus resultados ni aplauden la forma de presentarla. El concejal socialista Óscar Iglesias consideró "demagógico" el dispositivo, y pidió un plan global para erradicar la prostitución no sólo en Montera, sino en toda la capital, informa Europa Press.

Inés Sabanés, de IU, juzgó "denigrante" utilizar a las meretrices para llevar a cabo "un montaje de política-espectáculo". "Si lo que el alcalde pretendía con su operación en Montera, previa y convenientemente difundida, era conseguir un golpe de efecto, lo ha conseguido: hemos comprobado cómo la más burda propaganda prima sobre la seriedad, el trabajo y el consenso", dijo Sabanés.

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Hetaira, asociación que defiende el ejercicio de la prostitución como una opción voluntaria, criticó el plan por "represor" y aseguró que "va en contra de los derechos de las trabajadoras del sexo". "No se puede hablar de esclavitud cuando una no se siente esclava. Si tú has decidido ejercer la prostitución, nadie puede venir a hablar en tu nombre", afirmó su portavoz, Carmen Briz.

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