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Crónica:RUGBY
Crónica
Texto informativo con interpretación

Yachvili, la última estrella francesa para ganar el Seis Naciones

Francia recuperó el dominio europeo del rugby con su triunfo el sábado en el torneo de las Seis Naciones al derrotar a Inglaterra en el partido decisivo, por 24-21. Tras su derrota contra los ingleses en una de las semifinales del pasado Mundial, volvía a ceder ante su mayor rival por la supremacía en el hemisferio norte. Necesitaba la venganza y los acontecimientos le han favorecido. Inglaterra no ha sido la misma que confirmó su favoritismo el pasado noviembre frente al mejor del sur, Australia, la anfitriona que también dio su sorpresa al imponerse a Nueva Zelanda. Dos bajas han sido fundamentales para que el juego inglés, que parecía compacto e imparable, se resquebrajara. La de su cere

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bro, el director de juego y también ejecutor, el medio apertura Jonny Wilkinson, y la de su capitán, el pilar y líder aglutinador de la poderosa delantera, Martin Johnson. El primero, se lesionó un hombro tras un placaje en la final del Mundial y acabó siendo operado en febrero. El segundo, simplemente se retiró.

Francia se aprovechó a la perfección en la primera parte del partido del sábado de las carencias del rival. Se hizo con el balón y jugó desde los primeros minuitos mucho más en campo inglés. La amenaza de los golpes de castigo por faltas en defensa se concretó y, para mayor desgracia inglesa, surgió un Wilkinson a la francesa, el medio melée del Biarritz, Dimitri Yachvili, uno de los muchos jugadores que han rotado por los puestos de dirección de juego francés en los últimos tiempos. No sólo acertó en las transformaciones de las patadas, sino que dos genialidades suyas decidieron un partido que Inglaterra, pese a mejorar, no llegó a tiempo de cambiar su curso.

Primero fue una patada de lado a lado del campo, tras un ataque de los tres cuartos, que permitió al tercera línea del Pau, Harinordoquy, ensayar tras recoger el balón ya pasada la línea de marca. Y después, tras una melée espontánea cerca de la línea de lateral y del medio campo, Yachvili tuvo la genial habilidad de irse por el lado cerrado ayudándose de una patada para ensayar él mismo. El 21-3 de entonces fue tan sonoro que apagó incluso la gran reacción inglesa con su 18-3 parcial posterior.

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