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Las papeletas electrónicas fueron la estrella de la jornada

Los miles de carteles con los rostros y los lemas de los siete candidatos al Rectorado desperdigados por la UPV dejaron ayer de ser protagonistas para transformarse en testigos mudos de una jornada electoral que transcurrió sin ningún incidente y atípica por su carácter novedoso. El estreno del método de voto establecido por la LOU, que permite a todos los miembros de la comunidad universitaria participar por primera vez de forma directa, aunque con voto ponderado, en la elección del rector, atrajo, bien por curiosidad, bien por conciencia académica, a un considerable número de profesores, miembros del Personal de Administración y Servicios (PAS) y también de alumnos.

Pese al temor, presente en todos los candidatos, de una baja participación de estudiantes y aunque más de un despistado, profesores incluidos, desconocían la celebración de los comicios, en varios centros se generaron a lo largo del día colas ante las mesas electorales.

En todas ellas, situadas en las facultades, escuelas, unidades delegadas y hospitales, en el caso de los docentes y alumnos y en los vicerrectorados y Rectorado para el PAS, el principal foco de atención recayó, más que en los propios candidatos, en el sistema de voto electrónico Demotek. Las singulares papeletas, el comprobador del sentido del voto a través de un haz de luz ultravioleta y el peculiar sonido de apertura y cierre de las urnas dieron a la consulta un toque futurista y experimental.

El Departamento de Interior, que posee la patente del sistema, pretende aplicarlo de forma generalizada en las próximas elecciones autonómicas.

Ningún incidente

La novedosa forma de depositar el sufragio provocó muchas sonrisas, numerosos gestos de asombro y algún que otro quebradero de cabeza. No fueron pocos los votantes que se presentaron en su mesa correspondiente sin tener la menor idea de cómo ejercer su derecho.

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Algunos tuvieron la suerte de contar con algún compañero o miembro de la mesa que les explicase cada paso. Otros tuvieron que echar mano de su poder de deducción y algunos más, pese a conocer la teoría, tuvieron dificultades en la aplicación práctica, ya que doblaron de forma incorrecta la papeleta -de papel, como en cualquier elección- y la urna no se abrió.

Pese a la falta de rodaje en estas tareas tanto de los organizadores como de los votantes, la normalidad y la ausencia de incidentes caracterizaron la jornada en los tres campus y en los treinta centros. A excepción de algunas demoras en la constitución de varias mesas electorales y de la falta a primera hora de la mañana en algún centro del censo de alumnos de tercer ciclo, los miembros de la comunidad universitaria pudieron inaugurar sin problemas un nuevo estilo en la elección del rector de la universidad pública.

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