Chaves optará de nuevo a la secretaría general del PSOE en el 10º congreso regional de julio

Manuel Chaves no quiere que se hable de sucesión en el PSOE hasta que él no lo decida y está claro que ese debate no está por ahora en su agenda. De esta forma interpretaron ayer varios dirigentes socialistas el próximo nombramiento de Mar Moreno como presidenta del Parlamento de Andalucía en la que al tiempo que la sitúa como segunda autoridad de la comunidad, la despoja de toda responsabilidad orgánica, pero no de influencia ni de capacidad de decisión. Chaves, según fuentes próximas, tiene decidido optar a la secretaría general del PSOE en el 10º congreso regional.

La consecuencia más clara de la primera propuesta de nombramientos del líder del PSOE de Andalucía es que "Manuel Chaves tiene cuerda para rato", señalaron ayer varias fuentes socialistas que calificaron de absurdo plantear su sustitución después de la mayoría absoluta conseguida el 14 de marzo. El apoyo de 61 escaños y casi el 51% de los votos obtenidos todos los socialistas se lo atribuyen en gran parte a él.

El presidente electo de la Junta no ha querido empezar la séptima legislatura con la sombra de la duda sobre su relevo ni como candidato ni como secretario general y las primeras propuestas de nombramientos, especialmente el de Mar Moreno, ha ido dirigido a enviar un mensaje al interior y al exterior del PSOE de que ese debate no está abierto, aseguran algunos dirigentes socialistas. "Se da carpetazo a cualquier especulación y se evita cualquier riesgo de fractura interna", dicen.

Chaves enviará en los próximos días otras señales para reforzar esta idea de "estabilidad", en palabra de un socialista. Primero se verán en el Gobierno y luego en el congreso del PSOE de Andalucía que se celebrará en julio, inmediatamente después del cónclave federal. Chaves, según fuentes próximas, tiene decidido optar de nuevo a la secretaría general del partido, un cargo que lleva desempeñando desde 1994 cuando fue elegido líder del PSOE en un congreso a cara de perro con los guerristas.

El próximo paso se verá después de la Semana Santa, cuando dé a conocer los miembros que integrarán el nuevo gobierno. En este sentido, varios dirigentes descartan de plano que el presidente en funciones de la Junta decida crear una vicepresidencia, un puesto que nunca ha existido en las estructuras de sus ejecutivos, precisamente para evitar interpretaciones sobre su relevo.

Cuando a Chaves se le ha preguntado sobre las apetencias de algunos de que haya departamentos con responsabilidad general sobre otros, el socialista se ha limitado a contestar que el único con competencias transversales es él.

La tesis oficial en este partido -en el que la futura elección de Mar Moreno como presidente del Parlamento provocó sorpresa y desconcierto- es que tras esa propuesta no hay ningún trasfondo de arrinconar a la todavía vicesecretaria general del PSOE andaluz, que se había ganado a pulso además el ser vista como la número dos del partido, sino de "preservarla" y "protegerla" al situarla como segunda autoridad de la comunidad. Según esta versión, Moreno conservaría íntegras su proyección de futuro.

"La cuestión no es si se está de número uno o de dos del partido, sino si uno se sienta en la mesa de camilla que es donde se manda y Mar Moreno va a estar en la mesa de camilla", enfatizaron ayer fuentes próximas a Chaves, en alusión al núcleo de dirigentes que participan en las reuniones donde se toman decisiones que afectan tanto al Gobierno andaluz como al partido socialista.

Chaves ha mantenido casi intacto a este grupo de dirigentes desde que se hizo con la secretaría general del PSOE en 1994. En la última legislatura, la mesa de camilla la han integrado los consejeros de la Presidencia, Gaspar Zarrías, de Gobernación, Alfonso Perales, de Economía, Magdalena Álvarez (sobre todo cuando se abordaban asuntos relacionados con la financiación), Mar Moreno, el secretario de Organización, Luis Pizarro, y el portavoz parlamentario, José Caballos.

La elección de Moreno como presidenta del Parlamento implica de hecho su abandono de las tareas orgánicas en el PSOE, donde ha dejado una impronta política nueva que a veces rebasaba los límites de la ortodoxia socialista. Su nombramiento como vicesecretaria general, una decisión personal del propio Chaves, se interpretó entonces como un guiño a la dirección federal de José Luis Rodríguez Zapatero, en la que el andaluz ocupa la presidencia. Aún falta una eternidad para saber si Chaves pretende seguir la estela del cambio tranquilo de Zapatero y si dará el mismo mandato que le dio a Mar Moreno cuando la señaló como número dos: "El mandato que tengo de mi secretario general es aportar ideas y garantizar que el problema del relevo no sea un problema".