Violencia en el cine
Cine Kinépolis (Pozuelo-Madrid). Sábado 20 de marzo de 2004, 22.30 horas. Acudo al cine junto con mi marido para ver la última película de Tarantino, Kill Bill, y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos entrar a la sala, en compañía de toda su familia, a dos menores, un niño y una niña de unos 10 años.
Pensé que nos habíamos equivocado de sala, pero eché un vistazo a mi alrededor y, como es lógico, éramos todos adultos. Pensé entonces que se habían equivocado ellos, que en cuanto empezase la película se irían, pero no, tampoco, allí permanecieron durante toda la proyección.
¿Así es como educamos a nuestros hijos en la no violencia? ¿Tiene alguna lógica llevar a dos niños a ver una película tan violenta como ésta? No entiendo por qué a veces algunos adultos se empeñan en evitar que los niños sean simplemente niños.
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