El mago inesperado

Nueve victorias consecutivas, a un paso del récord en la historia del club; 21 goles a favor, 6 en contra y lo mejor de todo: recuperar la excitante ilusión por la Liga al estar a seis puntos del Madrid. El Barça ha dado un giro copernicano en tres meses y ha encumbrado a Ronaldinho, un futbolista que llegó para compensar el fichaje frustrado de Beckham y que está ofreciendo un rendimiento que no imaginaba el directivo más optimista.

El brasileño, con 16 goles en su mejor temporada en el París Saint Germain, siempre se había definido como pasador, pero está fulminando todos sus registros: lleva 19 goles, añadidos los de la Copa y la Copa de la UEFA, además de seis asistencias y de haber intervenido en cinco jugadas que acabaron en la red. La mitad de sus 12 goles en la Liga los ha logrado en esta esplenderosa racha. El último, ante la Real Sociedad, provocó el delirio del Camp Nou.

"Fue un momento mágico. No hay que caer en la euforia, pero lo cierto es que Ronaldinho ha devuelto la ilusión a los barcelonistas", dijo ayer Joan Laporta, el presidente del Barça, que se esfuerza en ofrecer un mensaje de humildad ante el temor de que la dinámica se trunque.

El técnico, Frank Rijkaard, y la propia junta, de hecho, no disimulaban su aprensión ante la cita ante la Real. Sus temores fueron fundados porque la victoria no se consumó hasta el minuto 88. Muchos aficionados ya desfilaban sin percatarse de que la fe del brasileño es equiparable a su repertorio. Suele marcar en el tramo final de los partidos, como el domingo, ante el Murcia (el 0-2) o ante el Brondby (el 0-1). La locura se desató y Ronaldinho definió el momento como el mejor de su vida deportiva, olvidando quizá que en 2002 ganó el Mundial con Brasil.

Iluminado por Ronaldinho, el Barça va como un cohete, aunque le espera una semana crucial: recibe al Celtic, el único equipo que le ha batido (1-0) en los últimos 13 partidos, y visita al Betis.