ÁNGEL MANZANO PÉREZ / Pendiente de la música y de la Copa Libertadores

Ángel nació hace 42 años en Ambato, Ecuador. Llevaba sólo 10 meses en España y trabajaba en una fábrica de muebles de madera. En su país dejó a su esposa y a sus tres hijos pequeños. Vino a Madrid con Patricia, su hija mayor. No le fue fácil acostumbrarse a Madrid; extrañaba mucho a su esposa, a quien mensualmente le mandaba dinero. Ella le pedía que regresara, que sus hijos lloraban por él y le echaban mucho de menos. Ángel carecía de papeles de residencia. Había decidido regresar el 20 de mayo para quedarse en Ecuador. El ataúd con los restos mortales de Ángel llegó el jueves a Quito.

En su corta estancia en España nunca salió de Madrid. Su prioridad era el trabajo y su familia. Los fines de semana solía pasear por el Retiro o la Casa de Campo. En este parque se juntaba con sus compatriotas y disfrutaba de la fritada, preparada allí mismo. Era fanático del fútbol, hincha del equipo Técnico Universitario de Ambato, del cual demandaba información diaria. Ahora estaba pendiente de la Copa Libertadores de América.

"Era muy romántico, le gustaba mucho la música rocolera de Ecuador, en especial Rosendo Balero y Julio Jaramillo", explica su prima Lourdes. También disfrutaba de los músicos callejeros ecuatorianos. Le traían a la memoria sonidos de su tierra. Cuando escuchaba la canción Nuestro Juramento, de Julio Jaramillo -que es el himno de los ecuatorianos que residen en el extranjero-, se le llenaban de lágrimas los ojos.

Ángel vino a España y se reunió con sus primos, que residen desde hace una par de años en Madrid. "Ángel, tú vivirás siempre en nuestros corazones, y desde donde te encuentres, dale valor a tu esposa e hijos para que puedan salir adelante". Con estas palabras su familia despidió en Madrid el féretro de Ángel.-