Unidad frente al terrorismo

Quiero expresar mi modesta opinión, algo más sosegada ya, sobre los convulsos momentos que en cuestión de horas sufrió la sociedad española durante la semana pasada. No me considero votante de ningún partido, y de hecho no voté en las elecciones del 14 de marzo. En primer lugar, como pude ver en Granada durante la masiva manifestación del pasado viernes, no se es más patriota por ir envuelto en una bandera o gritar más fuerte contra los asesinos; sí se es, a mi entender, exigiendo responsabilidades a quien gobierna, simpaticemos o no con ese gobierno.

La masacre ocurrida no sólo sacudió al país entero, sino a todo el mundo. En EE UU ya se dice que es la primera vez que Al Qaeda derroca un gobierno, o que los españoles hemos cedido al chantaje del terror. Está visto que, puestos a intoxicar, las interpretaciones malsanas siempre funcionan bien como titulares en apoyo de tal o cual grupo mediático. La dictadura del terror amenaza seriamente las libertades, la frágil democracia en la que vivimos instalados sin saberlo. Es algo muy serio, terrible, y todos, populares y socialistas, deben aparcar diferencias por el bien del país.

La catástrofe en si no tiene por qué haber ocasionado la debacle del PP, sino, una vez más, la actitud desacertada de Aznar en la gestión de la crisis, unida a un sesgado seguimiento de la tragedia por parte de TVE, utilizando el dolor de todo un país, un hecho inédito que resulta repugnante se mire como se mire. En la conmoción, todos los españoles creímos fehacientemente, tal como nos anunciaron, que era ETA quien estaba detrás de la matanza; después, esa confusión, intencionada o no, tuvo su efecto boomerang en las urnas. En este momento de crisis y ya pasadas las elecciones, es necesaria, más que nunca y por el bien de todos, que la unión de todos los demócratas frente al terrorismo sea por fin una realidad.