OSWALDO CISNEROS / "La elegancia empieza por los pies
Al ecuatoriano Oswaldo Cisneros, que habría cumplido 34 años el 14 de abril, le encantaba la comida. En su última cena disfrutó de su plato favorito: carne al horno con patatas, lechuga y tomate. "Me encanta como cocinas de sabroso", le decía Oswaldo a Alicia. Con ese mismo ánimo le pidió repetir el plato para llevárselo al trabajo al día siguiente.
Oswaldo trabajaba en la construcción. Había llegado hace tres años a España y pensaba quedarse toda su vida junto a Alicia, su pareja durante 13 años. Juntos compraron un piso en Entrevías y pensaban traerse a España a los hijos de ella. "No nos casamos porque no lo necesitábamos. Aunque Oswaldo tenía esa idea en la cabeza y en alguna ocasión me había hablado de casarnos", comenta Alicia.
Era un hombre muy familiar, nunca tuvo hijos biológicos, pero crió a los tres de Alicia como si fueran propios. "Era el padre que a mis hijos les hacía falta. El mayor le adoraba. Oswaldo le animó para que se viniera a España, se vino y desde entonces trabajaban juntos en la construcción", relata su viuda. Son muchos los recuerdos de Oswaldo que Alicia ha grabado en su memoria. "Como los fines de semana, que a Oswaldo le encantaba emplear para pasear por centros comerciales y mirar ropa, en especial los zapatos, que eran su debilidad, porque decía que la elegancia comienza por los pies. Nunca se vestía de oscuro, era un hombre muy positivo que prefería los colores claros o los tonos pastel", evoca Alicia.
Su cuerpo ha sido repatriado a Cuenca, su ciudad natal de Ecuador. Allí, sus familiares y amigos más cercanos le han dado sepultura. Alicia no ha podido viajar porque no tiene los medios para pagarse el billete de avión. Y, como pareja de hecho, no ha podido acogerse a las ayudas del Gobierno para las víctimas del terrorismo.-
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