ANA ISABEL GIL PÉREZ / Samuel, el que nace de Ana

Ana Isabel Gil Pérez era técnica de una empresa de telecomunicaciones. Tenía 29 años cuando tomó aquel tren. "No te olvides de mencionar a Samuel", decía entre sollozos en el tanatorio una de las amigas de Ana Isabel, embarazada de siete meses cuando le alcanzó la muerte. Ya había una fecha prevista para el nacimiento (el 22 de mayo) y un nombre, elegido con su marido, Jesús Patiño, para el bebé: Samuel, el que nace de Ana, según la Biblia. Iba a ser el hijo que les robó un aborto hace un año.

Ana y Jesús habrían cumplido cuatro años de casados el próximo 14 de octubre. Fueron novios otros siete. Ella se había trasladado desde Almadén (Ciudad Real) a Torrejón de Ardoz cuando tenía 14 años. Estudió en el Instituto León Felipe de esta localidad madrileña. Una amiga común los presentó, y él, nada más verla, pensó: "Es la mujer ideal para compartir la vida". Y así fue. Era una chica "alegre, dulce, simpática y servicial", dicen quienes la conocieron. "Y le gustaba mucho el Un, dos,

tres", señala Yolanda Navarro, una de sus mejores amigas. Ambas pasaban muchas horas juntas, embelesadas con el bebé de Yolanda, Claudia, e imaginando cómo pronto la niña tendría un compañero de juegos.

"Siempre se estaba riendo", recuerda Yolanda, que repite una frase que Ana decía mucho: "Corren más mis piernas que mi cabeza". Ella misma se quejaba de que caminaba demasiado rápido.

El 11-M, Ana no tenía que haber tomado aquel cercanías. Había cambiado su turno para poder ir por la tarde a hacerse una ecografía. Poco antes, se había hecho otra en tres dimensiones, y se la iba enseñando henchida de orgullo a todos sus familiares y amigos. El jueves no quiso que Jesús la llevara en coche hasta Madrid. Prefirió ir en tren. Él la acompañó hasta la estación. Allí se despidieron.-