Todos íbamos en ese tren

Desde la Delegación de Alumnos de la Universidad Politécnica de Madrid condenamos el cruel atentado perpetrado el día 11 de marzo de 2004. Un día interminable que se nos quedará grabado en la memoria y será difícil de olvidar por muchos años. Pero no queremos olvidarnos de las familias de todas las víctimas de tan tremenda tragedia y por ello nos sumamos a ellas en el dolor del momento para así poder sobrellevarlo y repartir esa carga tan pesada que es perder a un ser querido.

Dolor de aquellos compañeros, que como cualquier otro día, se dirigían a su centro de estudios y cercenaron su vida. Estos compañeros lo único que esperaban era terminar sus estudios y contribuir a mejorar la sociedad. Tenían toda una vida por delante llena de ilusiones y esperanzas que terriblemente les han hurtado de la forma más deleznable.

Posiblemente irían en el tren leyendo, charlando con un compañero o, simplemente, recuperando horas de sueño cuando la muerte les sorprendió con su guadaña. ¿Qué tremendo pecado habían cometido para obtener una muerte tan cruel y cobarde? Los escudos que tenían para defenderse de las bombas eran sus libros y apuntes.

Estos estudiantes que han perdido la vida no serán unos estudiantes anónimos. Cuando estemos en clase y miremos su asiento vacío nos estremeceremos pensando en que podíamos haber sido nosotros. Porque el día 11 de marzo todos nos sentíamos como las víctimas del atentado; todos íbamos en esos trenes.

Todos estos compañeros son unos héroes para nosotros. Héroes porque han muerto defendiendo el derecho a vivir en una sociedad abierta, solidaria y plural; todo lo contrario a lo que buscan los fanáticos que han efectuado este acto de barbarie.

También queremos felicitar a los compañeros que, sin dudarlo, han salido a las calles a donar su sangre para aportar ese poquito de vida y, entre todos, lograr salvar las vidas de las personas heridas en este tremendo acto de cobardía y salvajismo. Una muestra más de la solidaridad de los estudiantes de la Comunidad de Madrid frente a catástrofes y sinrazones como ésta.

Queremos transmitir todo nuestro afecto a los familiares de nuestros compañeros, que nunca les volverán a ver. Desde la Delegación de Alumnos nos gustaría arroparles y hacerles constar toda nuestra consideración y cariño.

Por último, nos gustaría acabar diciendo bien alto: ¡No al terrorismo! Sin excepciones, sin tapujos y sin matizaciones.