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Crónica:FÚTBOL | 27ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Gloria barata

El Sevilla se acerca a los puestos de la Copa de la UEFA tras derrotar a un gris Villarreal

El Sevilla es un histórico, tanto en lo geográfico como en lo deportivo, aunque, por lo visto, ya cree haber satisfecho su porción de epopeya este curso. Parece ahora que el equipo cree que la goleada al Madrid (4-1) en noviembre y la tormentosa eliminación en semifinales de la Copa ante el mismo equipo el mes pasado sirven para cumplir el expediente. Además, le han vendido a su mejor jugador del presente y del futuro, Reyes, por un plato de lentejas del que ni siquiera se sabrá nunca cuántas legumbres tiene. Ayer ganó, pero sólo porque el contrario fue incluso más predecible y fallón que él.

La dinámica del Sevilla, desde las conversaciones para la renovación del técnico, Joaquín Caparrós, a los proyectos urbanísticos con suelo del club anunciados por el presidente José María del Nido, es ya la de la temporada próxima. En la que, además, se celebrará el primer siglo del club.

SEVILLA 2 - VILLARREAL 0

Sevilla: Esteban; Alves, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Martí, Torrado (Carlitos, m. 46); Redondo, Baptista, Antonio López (Marañón, m. 90); y Hornos (Casquero, m. 68).

Villarreal: Reina; Pedro Martí, Ballesteros, Coloccini, Javi Venta; Josico, Battaglia; Víctor (Guayre, min. 60), Riquelme, Roger (José Mari, min. 60); y Anderson.

Goles: 1-O. M. 56. Carlitos aprovecha un centro al primer palo desde la banda de Alves.

2-0. M. 75. Carlitos dribla en carrera a Coloccini y bate por bajo a Reina.

Árbitro. Pérez Burrull. Amonestó a Battaglia, David, Javi Navarro y José Mari.

30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

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Ambos equipos disponían ayer de una oportunidad fantástica para postularse como candidatos reales a jugar la Copa de la UEFA la temporada que viene. Pero incomprensiblemente tiraron la primera mitad. El Villarreal venía de pelar a un imprescindible del fútbol europeo como es el Galatasaray, pero se presentó como un equipo menor. Si el balón no pasa por Riquelme no se reconocen, y depender tanto de un solo actor, a no ser que éste sea descomunal, lleva inevitablemente al encogimiento: jugador de chica, perdedor de mus. La argentinización del conjunto tan sólo se enseñó ayer en lo malo, en el perfil matonil que adoptaron después de encajar el primer gol.

Por su parte, el sistema del Sevilla depende de los que están autorizados a salirse de él. Alves y Baptista juegan a los suyo, con bastante talento, pero a lo suyo. De su anarquía sale casi siempre el fútbol de este equipo tan cartesiano. Si no, los inesperados Martí -ayer sacrificado en la marca de Riquelme- o Antonio López imponen su cordura laboral. Ayer le tocó resolver a Carlitos, que no juega si no hay una catarata de lesiones y sanciones. Como sucedió ayer. Marcó dos veces y pudo hacerlo otra vez más. Consiguió que su equipo se colocara cerca de los mejores, a pesar de su desapego por esta Liga.

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