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Reportaje:ELECCIONES 2004

La calle, su 'plató' de campaña

Carmen Alborch, candidata del PSOE por Valencia, sale en busca de los ciudadanos

Cristina Vázquez

Carmen Alborch, ex ministra de Cultura con Felipe González y cabeza de lista del PSOE por Valencia a las elecciones generales del 14-M con José Luis Rodríguez Zapatero, ha convertido la calle en su set de campaña. Si los comicios se juegan en los platós de televisión, en los grandes medios, la candidata Alborch se deja estos días la piel en parques, plazas, salas enmoquetadas, tarimas universitarias y palcos de teatro o campos de fútbol. "Es más fácil encontrársela por la calle que verla por televisión", describe uno de sus colaboradores. Con cámaras o sin ellas, Carmen Alborch ha salido estos días en busca de los ciudadanos para proponerles un cambio político en España.

De aquí para allá -lo de dormir poco para reponerse le ayuda estos días-, Alborch reparte las 18 o 19 horas que está despierta al día entre los actos que prepara el partido, las reuniones del consejo de notables del PSOE, -más frecuentes en precampaña-, y las actividades que espontáneamente le organiza un grupo de voluntarios que ya en precampaña abrieron una página web (www.carmenalborch.net) para suscitar el debate ciudadano y darle calor a la candidata.

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Sus colaboradores más estrechos subrayan de la cabeza de lista por Valencia su naturalidad y credibilidad. "Es lo que parece. La gente puede pensar de ella que es extravagante, pero no impostada". Es uno de los candidatos / as más reconocidos de esta campaña, en parte por su faceta de escritora, lo que ha contribuido a popularizar su imagen entre el gran público. La gente, un gran número mujeres, la paran por la calle para pedirle autógrafos sean o no votantes del PSOE. Si además anuncian su presencia con antelación no es raro que la reciban con alguno de los dos libros que ha escrito -Solas y Malas- para que les estampe una dedicatoria personal. Los destinatarios de su campaña no tienen edad, igual de cómoda se siente en un hogar del jubilado que recordando sus tiempos de profesora de Derecho Mercantil ante un auditorio joven.

"El gran activo de Alborch es su capacidad para escuchar, su cercanía a la gente, su autenticidad", agrega otro de los colaboradores que la sigue desde que entró en política como independiente de la mano del entonces consejero de Cultura, Ciprià Ciscar, que acompaña a la ex ministra en la candidatura al 14-M como número cuatro. La escritora Rosa Regàs lo sintetiza en la web: "Hay personas que despiertan en los demás un profundo atractivo y una confianza plena, sin fisuras. Una de ellas es Carmen Alborch".

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Si el primer rasgo de la campaña de la notable del PSOE es la proximidad a la gente, el segundo es el contenido de su discurso político, acentuado en los valores ciudadanos y en la crítica a la "pérdida de libertades y derechos sociales durante la etapa de gobierno del PP". Es difícil que cierre alguno de sus actos electorales más concurridos sin apelar a la dignidad, la tolerancia o el diálogo.

La de Alborch -también la de los cabezas de lista de Alicante y Castellón- es una campaña netamente urbana y se desarrolla en Valencia ciudad y en el cinturón metropolitano, donde los socialistas conservan todavía su hegemonía. Los socialistas reconocen el agujero de votos que tienen en las grandes ciudades -en las últimas generales el PP aventaja al PSOE en 26 puntos, mientras en la provincia de Valencia la distancia se acortaba a 17-. Los abstencionistas, donde existe un gran número de potenciales electorales más cercanos a la izquierda que a la derecha, se estiman en el 25% o 30% del voto, y a este colectivo dirige Alborch sus llamadas a la participación. "La política marca toda nuestra vida, no dejéis que otros la decidan por vosotros", les dice a los jóvenes. "Tenéis derecho a envejecer con calidad de vida, por derecho, no por beneficencia", defiende ante los mayores. La fortaleza de su discurso está fuera de toda duda. Los potenciales electores de Carmen Alborch no tienen edad.

Es una contienda electoral atípica, sin debates y sin interacción entre los candidatos. Carmen Alborch y Eduardo Zaplana, cabeza de lista del PP, apenas se han visto en persona salvo en dos o tres actos -el Día de Andalucía en la plaza de toros de Valencia, el palco de autoridades del Bernabéu para presenciar el Real Madrid-Valencia y poco más-. Cuando le preguntan por el tipo de campaña que prefiere, la ex ministra responde que "para hablar de política no es necesario atacar al adversario". Tampoco esconde su opinión: "Tenemos una trayectoria y un talante muy diferentes". Alborch critica abiertamente la negativa de Zaplana a los debates electorales. "Rajoy no le deja", bromeaba recientemente la candidata del PSOE en una entrevista con la SER en Valencia. Sólo el pasado 29 de febrero, en el programa de radio que dirige Concha García Campoy en Onda Cero, hubo oportunidad de imaginar cómo sería un cara a cara entre los dos cabezas de cartel. Cuando García Campoy le preguntó a Zaplana -que sólo aceptó participar unos minutos en el programa por teléfono- por qué rehusaba el debate, el candidato del PP y ministro portavoz, tras una serie de vaguedades, acabó hablando de la coalición de los socialistas con Esquerra Republicana. "Le están preguntando por un debate y usted nos plantea el tema de Esquerra Republicana", protestó Alborch. Minutos después, Zaplana le reprochaba a la candidata del PSOE "con qué programa va a gobernar el partido socialista". Afirmación a la que obtuvo una contundente respuesta de Alborch: "Lo tenemos editado, así que señor ministro se lo podemos mandar, tantos ejemplares como quiera". Y acabó: "Lo estamos intentando trasladar a los ciudadanos; lo que pasa es que los medios de comunicación públicos no nos dan mucha cancha, la verdad".

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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