Se reeditan los seis discos que George Harrison grabó con su sello

El epitafio de George Harrison (1943-2001) podría ser: "No tuvo mucha suerte, pero tampoco le fue tan mal". Sólo tras su muerte hubo un reconocimiento general de sus talentos. Se reeditan ahora los seis discos que grabó en su propio sello discográfico. La reedición es versión remasterizada, con alguna grabación extra y comentarios del propio Harrison sobre el repertorio en The Dark Horse years 1976-1992, una caja reforzada también por un DVD y un primoroso librito, con textos de Olivia Harrison y David Fricke.

Harrison vivió la epopeya de los Beatles amargado por el empequeñecimiento derivado de compartir proyecto con Lennon y McCartney. Se quitó frustraciones al lanzar el triunfal All things must pass, un triple LP, en 1970, pero desperdició el tanto al tardar más de dos años en sacar Living in the material world; entre uno y otro, organizó el histórico Concert for Bangla Desh, prototipo de los eventos benéfico-rockeros, una honorable iniciativa ensuciada por problemas legales. No giró hasta 1974 y fue perdiendo visibilidad, aparte de sufrir la humillación de perder un juicio por basar -el juez aceptó que fuera "un acto inconsciente"- su My sweet Lord en He's so fine, de The Chiffons.

A partir de 1974, Harrison creó un sello propio, Dark Horse Records. No tuvo suerte con sus fichajes, que incluyeron a su venerado Ravi Shankar: sólo vendió el dúo Splinter. Como suele ocurrir, Dark Horse quedó como sello para uso personal: allí sacó seis discos que ahora son reeditados en versiones remasterizadas en The Dark Horse years 1976-1992.

33 & 1/3 (1976) contiene This song, sarcástico comentario sobre su juicio por plagio, más un homenaje a Smokey Robinson y odas a su amada Olivia. George Harrison (1979) es un disco soleado, compuesto mayormente en islas y esmerado en guitarras Somewhere in England (1981) le dio nuevos dolores de cabeza, al rechazar Warner algunas de las canciones originales. Harrison demostró reflejos al reescribir un tema destinado a Ringo Starr, All those years, como homenaje al asesinado Lennon; también hay curiosas versiones de Hoagy Carmichael. Gone troppo (1982) es un trabajo relajado y sin pretensiones. Cloud nine (1987) fue éxito gracias a la efectista producción de Jeff Lynne en piezas como Got my mind set on you y When we was fab. Live in Japan (1992) ofrece un potente recordatorio de su última gira, cuando su amigo Clapton le cedió su guitarra y su banda para sacarle de la apatía.

Repasando las fechas de lanzamiento, parecería que, durante la etapa Dark Horse, la música no fue para Harrison una prioridad comparable a su pasión por los coches o a las obligaciones derivadas de su productora, HandMade Films. Sencillamente, George dejó de competir en el mercado, despreciando modas y tendencias (Blood from a clone, de 1981, todavía sirve como denuncia de la degeneración de la industria musical). Pero esa cincuentena de canciones, hechas con mimo de artesano, le sirvieron para retratar pasiones y fobias.