"Es una completa adicción"
Todo empezó con una pequeña alondra en la espalda, en 1986, a la edad de 49 años. Después fue una orquídea, luego unas mariposas, hasta que 18 años después, Isobel Varley (Yorkshire, 1937) es la mujer que ostenta el récord mundial de la persona más tatuada.
"El tatuaje es una adicción y una forma de vida", explica. Bajo un largo vestido que cubre sus piernas y brazos, parece una persona corriente. Pero basta mirar con detalle, para encontrar mariposas que vuelan en sus manos, dragones que escupen bolas de fuego en sus pies, y panteras trepando por sus piernas. Catorce tatuadores han clavado su aguja en la piel de esta extravagante mujer, como el mundialmente conocido Flip Leu, autor del tatuaje más impresionante que porta Isobel: un triángulo de tres rosas y un corazón, en todo lo alto de la frente.
Su hazaña la ha llevado a exhibirse por el mundo entero, recibiendo honores de los aficionados al arte del tatuaje. Por este motivo recibirá mañana, en el marco de la VI Convención Internacional de Tatuaje de Madrid, un reconocimiento especial.
"Me siento muy normal, a pesar de que mucha gente me ve como una persona extraña; no me siento cohibida, porque el tatuaje es un arte único. Cuando empecé a decorar mi cuerpo, no existía el láser para borrarlos; pero estaba totalmente decidida a llevarlos para toda la vida".
Los diseños que lleva pasan por sus orejas, cuello, nuca, dedos, manos, y han sido una cuantiosa inversión para Isobel. "Este récord me ha costado como 30.000 euros", cuenta esta mujer, que estará en Madrid hasta el 7 de febrero.
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