¿Insolvente?
Lo ha dicho Aznar: "De todos los líderes del PSOE que conozco, el más insolvente es Zapatero". Según el Casares, insolvente es "quien no tiene con que pagar sus deudas". ¿Quiere esto decir que Aznar conocía que todos los líderes anteriores del PSOE estaban endeudados y en qué medida cada uno, para poder afirmar que el más endeudado, el más insolvente de todos, es Zapatero? ¿Acaso ha podido acceder al conocimiento de estos datos por su condición de Inspector Fiscal? En cualquier caso, Aznar acaba de proclamar, en Ceuta, que el candidato del PSOE a la presidencia es un ciudadano "que no tiene con qué pagar sus deudas". Es decir, que es insolvente.
Según el Casares, mentiroso "es aquel que tiene costumbre de mentir". Es decir, que dice mentira. Y mentira "es una expresión contraria a la verdad". ¿Se podría decir que Aznar es un mentiroso, que pronuncia "expresiones que son contrarias a la verdad"? Pues sí. Rotundamente, sí. Yo no sé, a ciencia cierta, si el líder del PSOE es un ciudadano "que no puede pagar sus deudas". No conozco cual es su situación. De lo que sí estoy convencido es de que Aznar ha mentido, que ha pronunciado expresiones "contrarias a la verdad". Por ejemplo, cuando ha querido justificar la participación de España en la guerra de Irak por la existencia de armas bioquímicas. Estos días, los inspectores de las Naciones Unidas van a certificar, ante el Consejo de Seguridad, que las armas de destrucción masiva fueron inutilizadas y eliminadas, por Irak, entre los años 1991 a 1993. Aznar mintió, como mintieron Bush y Blair, cuando los tres justificaron la guerra contra Irak por la existencia de armas de destrucción masiva en poder de Sadam Husein, lo cual suponía una amenaza mundial. En la Gran Bretaña, Tony Blair tiene que afrontar ante sus conciudadanos, las consecuencias por haber mentido. En EEUU, al presidente Bush le sucede tres cuartos de lo mismo. Sólo Aznar, en España, puede circular tranquilo, despreciando al Parlamento y calificando de insolvente al líder del PSOE. Personalmente he de decir que, entre un político insolvente y un político mentiroso, me quedo con el primero.