A buenas horas mangas verdes

Que los cruces de la Diagonal con avenida de Sarrià, Entença y, sobre todo, Numància serían un problema era algo cantado desde el área de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. Entonces se estudiaron montones de soluciones. Se llegó incluso a sopesar poner una barrera elevable en paralelo a la Diagonal que se cerrara con el semáforo en rojo.

Al final no se tomó decisión alguna, confiando en que la gente sería tan prudente que no se atrevería a colocarse sobre los raíles. No lo hace porque están ocupados por el tranvía y chocan con él. Al menos, hasta ahora. El soterramiento del tranvía también fue considerado. Y desechado: por el inmenso coste que supone y por la evidencia de que un tranvía soterrado es cosa inventada y se llama metro.

Los técnicos de movilidad están divididos. La mayoría apoya el tranvía. Pero un número nada desdeñable cree que sería bueno que muriera en la Zona Universitaria, allí los pasajeros podrían tomar la línea 3 del metro. La otra opción, defendida por CiU y el alcalde socialista de Sant Adrià, es prolongar el tranvía hasta Glòries a través de toda la Diagonal.

Otra propuesta es prohibir el giro a la derecha en Numància desde la calzada central de Diagonal, obligando a los coches que tengan que girar a circular por el lateral. Para ello habría que desplazar los autobuses a la calzada central, con el consiguiente aumento de riesgo para los peatones.