Un 'niño' con pizarra
Lawrence Frank, de sólo 33 años y sin experiencia previa como primer técnico, dirige con éxito al New Jersey Nets, actual subcampeón de Liga
Con sólo 33 años, 1,70 de altura, el cutis barbilampiño y el rostro aniñado a lo Butragueño, nada indica que Lawrence Frank pueda ser el primer entrenador del New Jersey Nets, subcampeón de la NBA las dos últimas temporadas. Con sus trajes de planta de caballeros de grandes almacenes y su afán por estacionar su modesto vehículo marca Honda en el aparcamiento destinado al público del Continental Airlines Arena, aún le libran de firmar autógrafos; pero en ocasiones han demorado su entrada al pabellón ante la rectitud de unos porteros que no solían reconocerle ni creerse que pudiera ser el entrenador de los Nets.
Pero en menos de un mes todo ha cambiado. Frank, que ocupa el banquillo desde finales de enero, ha sido nombrado mejor entrenador de febrero en la Conferencia Este. El chico ha protagonizado el mejor inicio de carrera de un técnico jefe en la historia de cualquier deporte profesional estadounidense al ganar sus trece primeros partidos.
En ocasiones, los porteros del pabellón demoraron su entrada al no reconocerle
Su aventura comenzó a finales de enero, cuando después de un triunfo contra Boston, con una marca acumulada de 22 victorias y 20 derrotas y liderando la División Atlántico, la dirección deportiva de la franquicia decidió el despido del entonces entrenador, Byron Scott, con el que los Nets habían logrado dos subcampeonatos consecutivos. Antes de Scott -un ex jugador de los Lakers en los tiempos del showtime- los Nets sólo habían ganado una eliminatoria de playoff en 24 años de historia. Sin embargo, la presión de los principales jugadores del equipo -Jason Kidd y Kenyon Martin- enfrentados hace tiempo a Scott, motivó su destitución.
Sin Scott al frente, Frank vio cumplido su sueño infantil, porque él es entrenador desde niño. Reconoció su vocación a los doce años y empezó su carrera en cuesta ascendente y pronunciada para escalar posiciones jerárquicas en dirección al cargo que hoy ocupa. Siempre ha tenido que trabajar con gente de su edad desde una posición jerárquica superior (dos jugadores de los Nets, Hubert Davis y Lucius Harris, tienen su misma edad). Fue fisioterapeuta y entrenador de adolescentes cuando él también lo era. A la hora de acceder a la Universidad eligió la de Indiana con el único fin de poder ser delegado de los Hoosiers, que entonces entrenaba Bobby Knight. Éste, un técnico bien polémico, con tres títulos de la NCAA en su haber, acabó premiando la dedicación y meticulosidad de Frank con responsabilidades en cuanto al estudio en vídeo de los rivales y la colaboración en los entrenamientos para asistir a jugadores que seguían teniendo su misma edad. Su ética de trabajo ganó fama entre el gremio de entrenadores y en sus habituales tertulias, desencadenando sucesivas recomendaciones que lo colocaron de asistente en las Universidades de Marquette y Tennessee, y posteriormente en los Vancouver Grizzlies de la NBA. Su fama de audaz y osado se consolidó en un viaje a Florida, siendo asistente de Marquette. Varios miembros del equipo alquilaron en la playa patines a pedales para pasear sobre el mar en la bahía de Tampa. Frank, que no sabe nadar, se separó del grupo y tuvo que ser rescatado por los guardacostas en aguas del Golfo de México.
Nacido en New Jersey, Lawrence Frank regresó a casa en 2000 para ser entrenador asistente de los Nets. Los éxitos deportivos del equipo crecieron proporcionalmente a los continuos desencuentros del entrenador jefe Byron Scott con los principales jugadores del equipo. En dos temporadas se lograron más de cien victorias en temporada regular y 25 en playoffs. La negativa del presidente Rod Thorn a ofrecer la renovación del contrato a Scott durante el pasado verano anunciaba la falta de sincronía y hacía presagiar que la marcha del entrenador era sólo cuestión de tiempo. Los jugadores estaban contra Scott y los asistentes tampoco le fueron muy fieles. Se llegó a filtrar, y tuvo que ser a través de sus ayudantes, que le entregaban a Scott cintas de vídeo de equipos rivales a medio rebobinar y las devolvía en el mismo punto exacto de la grabación. Scott, actualmente comentarista de la cadena de televisión ABC, ya ha argumentado que "obviamente" los Nets están esforzándose y entregándose mucho más con Frank que con él, y confesó que Jason Kidd le había creado numerosos problemas. El ex jugador Charles Barkley, en su programa de la cadena TNT, interrumpió a su compañero de micrófono:
-"Byron Scott acaba de salir del hospital".
-"¿Qué le pasó?", preguntó su colega.
-"Le apuñalaron por la espalda", contestó Barkley, antes de apuntar que el aspecto físico de Frank le recordaba a Pablo Picapiedra.
Al frente de los Nets, Frank no ha tocado prácticamente nada. El equipo mantiene la rotación y tácticamente apenas ha variado. Tan sólo en un aspecto, el del rebote, los Nets han incrementado de forma violenta sus prestaciones, un aspecto del juego que paradójicamente depende en gran medida del deseo, el esfuerzo y la voluntad.
Frank reconoce su absoluta dependencia al trabajo y asegura que duerme tres horas diarias. Siendo padre de dos niñas afirma que su esposa ejerce de madre soltera durante la temporada y ha llegado a decir que, aunque sabe que se llama Susan, en ocasiones olvida su nombre. Las mayores disputas conyugales han venido provocadas al tirar involuntariamente Susan a la basura papeles de propaganda que Frank recoge del buzón para, sobre ellos, dibujar el diseño de tácticas y jugadas que luego enseña a sus jugadores en el entrenamiento.
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