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Josele Santiago debuta en solitario con un disco cargado de poesía

Durante más de 15 años, Josele Santiago lideró Los Enemigos, uno de los grupos de rock y rhythm and blues más singulares de España. Fueron los abanderados del llamado sonido Malasaña, por el barrio madrileño por el que se movían. La chulería que encerraba el término permanece intacta en su debú en solitario, Las golondrinas etcétera, aunque con letras más poéticas y una música que lo acerca a los cabarés y a las tabernas.

"Son palabras que juntas funcionan y avisan bastante bien de lo que tiene el disco dentro", dice Josele Santiago para explicar el extraño título de su primer disco en solitario, Las golondrinas etcétera. "No sé exactamente el significado. Se mezcla algo tan poético como las golondrinas con ese etcétera más prosaico". Y es que puede ser cierto que en las letras de su nuevo disco haya dosis iguales de poesía y de toques que le acercan a la cotidianidad. Para Josele, eso tiene una explicación: "Cuando veo que una letra se me va de la tierra a lo sublime, antes de que quede un poco cursi la bajo con un taco y otros recursos de la prosa, o sea, giros chelis, argot...". No resultaba muy poético, sin embargo, el nombre artístico de El Maestro Pocero que eligió para encauzar su carrera tras la disolución de Los Enemigos, y que llegó a utilizar en el disco colectivo El patito feo contra el mal trato infantil.

Las golondrinas etcétera está producido por Nacho Mastretta, que, además, le ha cedido la mitad de su propia banda: el guitarrista Pablo Novoa y el baterista Ricardo Moreno. Para presentar el disco -en una gira de invierno y primavera que comenzó anoche en la sala El Sol de Madrid- Josele Santiago va a actuar con ellos y con el piano y el Hammond de Luca Frasca, es decir, los mismos músicos con los que ha grabado el disco.

"Mastretta no ha intervenido ni en las letras ni en las melodías", asegura Josele. "Lo que ha hecho es limpiarme las virguerías con las que yo me pasaba. Ha puesto orden y ha contagiado entusiasmo. Lo he elegido porque es tan imprudente como yo".

Entre sus canciones nuevas ("se puede explicar de qué va una novela, pero no una poesía, que lo único que hay que hacer es dejarte invadir por ella") el músico ha introducido una estremecedora versión de Con las manos vacías, inmortalizada por la mexicana Chavela Vargas: "El día que la oí por primera vez tuve que parar el coche porque me estaba haciendo llorar".

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