El futbolista fantasma

Como un fantasma, Mauricio Fedatto (Porto Alegre, Brasil; 1976) llegó y se fue de Las Palmas. Nadie tenía referencias fiables de su paso por otros clubes, ningún representante ponía la mano en el fuego por su valía y, tras firmar un contrato de prueba con la Unión Deportiva por un mes y no convencer a su técnico, David Vidal, se marchó con su currículo entre las piernas.

"Por si acaso, José de la Rosa Naranjo [ex secretario técnico del club] y yo incluimos en el contrato que hasta el 28 de febrero la UD Las Palmas tenía derecho a restringir el compromiso sin indemnización. Cuando Vidal dijo que no le gustaba, se le dio la baja", apunta Juan Vergara, agente de futbolistas con muchos nexos de unión con el equipo que preside Manuel García Ramos. "Las Palmas impuso esas condiciones para guardarse las espaldas, porque el jugador no cuenta con un pasado corroborable por los técnicos", matiza Herbert Pereira, el representante de Fedatto.

"De hecho, le llamamos 'OBNI', es decir Objeto Brasileño No Identificado"

Las Palmas, 13ª en la Segunda División, hiló fino. El caso de Fedatto es el último apunte del culebrón que vive últimamente. Su punto culminante fue el pasado día 5, cuando De la Rosa presentó su dimisión. Pero sus orígenes se remontan a meses atrás. "No estoy de acuerdo con la política de fichajes. Creo que en el mercado nacional hay gente de renombre, sin olvidar las posibles cesiones", asegura De la Rosa, responsable de los fichajes desde mayo de 2003. No alude sólo a Fedatto, sino también a las llegadas del noruego Lindbaek, el finlandés Hietanen, el igualmente brasileño Matheus, el bosnio Jahic y el argentino Sessa, los tres últimos traídos por Vergara, el mismo que trajo de Brasil a Álvaro y Baiano con pasaportes comunitarios falsos. "Este caso fue sobreseído", se defiende Vergara, que resume así su relación con Fedatto: "Yo tenía a tres chicos [Matheus, Jahic y Sessa] en un hotel canario y este chaval [Fedatto] llegó solo. Vino con los míos porque iban a entrenarse juntos, pero nada más. No conozco de nada a Fedatto. Tampoco lo conocen en nuestra oficina de São Paulo. De hecho, le llamamos 'OBNI', es decir Objeto Brasileño No Identificado".

Pereira trata de aportar algo de luz: "Me puse en contacto con Las Palmas a través de Herminio Menéndez [agente salpicado en 2000 por las irregularidades en el pasaporte de otro brasileño, Edu]. Él me puso en contacto con Vergara y el presidente de Las Palmas". Viéndolas venir, Menéndez se lava las manos: "Las Palmas buscaba un pivote ["como Mauro Silva", asevera Pereira] y les dije que no lo tenía. Así que les remití a un contacto en Brasil, pero yo nunca le recomendé". "¿Que no es su representante?", replica Vergara; "de acuerdo, pero fue quien ofreció al jugador, quien intentó hacer la operación".

¿Pero cuál es el papel en Las Palmas de Vergara -el club también niega su rol de intermediario con Fedatto-, que acaba de retirar una demanda contra la entidad por 600.000 euros que le debía a cambio de unos pagarés por 560.000 que vencen en 2007, avalados por García Navarro y Armando Fuentes, el vicepresidente segundo de la entidad? Porque parece ejercer de director deportivo aunque no ostente ningún cargo.

Las Palmas, según fuentes que insisten en el anonimato, tiene varias deudas con algunos representantes, lo que habría obligado a García Navarro, con quien este periódico no ha podido hablar a pesar de sus múltiples intentos, a interceder por unos futbolistas en vez de por otros, como César, central y capitán del Fluminense, o el lateral Juan, ofrecidos al club en diciembre sin coste alguno. "Eso ya no lo sé yo, pero...", medita Vergara; "si tienes un cliente al que debes dinero, mantienes la deuda de alguna forma, ¿no? En realidad, no tiene nada que ver, pero a Menéndez también le deben".

Fedatto, de cuyo pasaporte italiano también se ha hablado y del que Vergara, harto, proclama que "es un paria, un apátrida al que no conocen ni en su casa", dio sus primeros pasos en las categorías inferiores del Gremio y en el Veranópoli. Descubrir su pasado era tan complicado que hizo sospechar a De la Rosa, el autor del informe. Tirando del ovillo, se sabe que Fedatto pasó sus dos últimos años en Estados Unidos, en un tal Revolution, pero... "Esa persona nunca ha jugado en nuestro equipo", niega Renato Capobianco, director ejecutivo del New England Revolution, de la Major League Soccer; "podría tratarse de alguno de regional, pero no me suena". El agente de Fedatto va en la misma dirección: "Es que allí hay muchos, más bien amateurs... Pero fue campeón".

El rastro concluye a finales de 2003, en el Ponte Petra, del torneo carioca. "Estuvo entrenándose con nosotros 15 o 20 días", dice su entrenador, Estevam Soares, que aporta un elocuente: "No, no le hicimos ficha".

Lo mismo que Las Palmas. "No le fiché porque no tiene la técnica necesaria", explica Vidal, su entrenador. Nada que ver con el criterio de Pereira: "Me han dicho que es muy bueno, pero sin experiencia. Así que es mejor que regrese en junio. Ahora está otra vez en Brasil, en la União Barbarense, buscando una preparación mayor".

Quien ha tenido más suerte que Fedatto es la hija de Vergara, Natasha, abogada y con buenas relaciones con los servicios jurídicos de la FIFA, a la que el club canario va a nombrar asesora. "Es una profesional del derecho y de la economía. No hay que mezclarla conmigo. Yo soy socio de una empresa bien considerada y ella arregla problemas jurídicos a Las Palmas desde hace años", advierte Vergara.

El próximo acto, quizá el verano que viene. "Puede ser que Fedatto vaya a la Primera División. Está abierto a otras ofertas. Claro que Las Palmas es un cuadro muy importante", confía Pereira; "es un jugador nuevo. Puede valer mucho dinero de aquí a un año porque tiene una pegada muy fuerte y eso gusta".