El guitarrista Paco Cepero resalta el alma y la creatividad del flamenco por encima de la técnica
El músico recibirá el miércoles el Premio Calle de Alcalá en el Festival Flamenco de Madrid
Ya está todo a punto. Mañana, el teatro Albéniz de Madrid abrirá sus puertas a los grandes conciertos que conforman el programa del Festival Flamenco Caja Madrid. Este año, el galardón Calle de Alcalá es para el guitarrista jerezano Paco Cepero, quien lo recibirá en el escenario del teatro el día de su actuación, el próximo miércoles. El Calle de Alcalá es exclusivamente honorífico, y se otorga como reconocimiento a un artista flamenco cuya carrera haya estado especialmente vinculada a Madrid. Cepero reivindica el alma, la creatividad y la personalidad de su música.
Paco Cepero vino a la capital en 1963, y permaneció en ella hasta 1995. Fueron 32 años, pues, de residencia madrileña, los primeros de ellos sumamente difíciles porque la situación económica no daba para demasiadas alegrías. Cuando se casó, por ejemplo, él y su mujer vivían en una pensión y su dormitorio lo tenían que atravesar otros huéspedes para ir al suyo
Francisco López-Cepero García nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1942, y allí comenzó a tocar siendo un niño de doce años. No lo pasó nada bien porque no acertaba con el compás, lo que en Jerez es casi un delito. Pero él era muy tenaz: lloraba y seguía aprendiendo con más empeño aún y durante muchas horas diarias. "A mí me hicieron llorar mucho, siempre lo digo, me ridiculizaban porque yo no tenía compás, yo me atravesaba mucho, entonces lloraba, lloré mucho". Y aprendió con tensón hasta jugar con el compás, obviamente, puesto que es uno de los tocaores que mejor han dominado ese arte.
Paco Cepero vive un momento dulce de su carrera, y ello le tiene profundamente emocionado. En efecto, ahora recibe el Calle de Alcalá y próximamente recibirá la Medalla de Oro de las Bellas Artes.
¿Qué sensación te produce el ser ahora tan premiado? "Hombre, te puedes imaginar", responde. "Para mí es muy gratificante que al fin se recompense lo que has hecho en la música flamenca, en tu trabajo. Son reconocimientos muy importantes". ¿Puede ser un digno final de carrera? "¡No, qué va! Yo no lo veo así, y voy a seguir trabajando como lo he hecho siempre. Me queda muchísimo por aprender, creo que uno se muere aprendiendo".
Pregunto a Paco Cepero cuál es su regla de oro, lo que ha condicionado fundamentalmente su creación artística, y me responde con convicción: "Por todo lo que he luchado en mi vida es por tener personalidad, que cuando suene mi guitarra sepan sin verme de quién es esa guitarra". Que es precisamente, dice, lo que echa en falta en la guitarra flamenca actual. "Hay una enorme técnica, una rapidez inconmensurable, pero veo poca creatividad y poca alma, y muy poca personalidad. Están copiando al que se pone de moda, van detrás como borreguitos, y la guitarra de hoy la veo muy clonizada".
Mañana comienzan en el Albéniz los conciertos de este Festival Flamenco Caja Madrid que, en su duodécima edición, es ya un clásico. Estrella Morente para abrir, con las entradas agotadas desde hace días. El miércoles será Cepero, que actuará con su grupo y recibirá el galardón Calle de Alcalá, y además, el cante de Esperanza Fernández, con el toque de Miguel Ángel Cortés, y de Chocolate, con la guitarra de Antonio Carrión.
El jueves, cante de tres puntos diversos de la geografía flamenca: el jienense Gabriel Moreno, con el toque de José María Molero; el catalán Miguel Poveda, con su inseparable Chicuelo, y el jerezano Fernando Terremoto, con Antonio Higuiero.
Más cante el viernes: Tomasa la Macanita, con Manuel Parrilla; Segundo Falcón, con Paco Jarana, y El Pele, con Ricardo Rivera. Y por fin, el sábado, pleno de Jerez: los cantaores Manuel Moneo, con Juan Moneo al toque, y Capullo de Jerez con Diego Amaya, y el bailaor Antonio el Pipa, con Tía Juana y otros miembros de su familia.
Babelia
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