"Romario, genial arriba; Schuster, en el medio, y Luiz Pereira, atrás"

"¿De qué hablamos? ¿De mi época de jugador o de la de entrenador?", pregunta Luis Aragonés (Madrid, 1938). Y con razón. Entre las dos facetas acumula más de 1.200 partidos en la élite. Como jugador marcó 161 goles. Y como técnico ha dirigido al Atlético, el Betis, el Barça, el Espanyol, el Sevilla, el Valencia, el Oviedo y el Mallorca: 337 victorias en 743 citas.

Pregunta. ¿Su gran momento como entrenador?

Respuesta. Muchos: empezaba, en 1974, y ganamos la Copa Intercontinental contra el Independiente; una Liga con el Atlético en el campo del Madrid; clasificar al Mallorca para la Champions; la Copa del Rey con el Barça...

P. ¿Y el peor?

R. Jugar por no descender: en el Oviedo o aquí, en el Mallorca, ahora. La soledad del técnico en las derrotas es un auténtico martirio.

P. ¿El jugador de más calidad?

R. Romario era genial arriba; Schuster, en el medio, y Luiz Pereira, atrás; el más rentable, Hugo Sánchez.

P. ¿A quien sacó más jugo?

R. A Hugo Sánchez. Vino para la banda y lo puse de delantero centro porque no tenía velocidad de traslación. Y a Mijatovic, que quería ser medio, pero su físico no era ése, y fue máximo goleador como delantero.

P. ¿El más fuerte?

R. Víctor [actual técnico del Zaragoza] y Soler.

P. ¿Los que sacaron oro de sus muchas limitaciones?

R. Ruiz y Clemente, en aquel Atlético de la final de la Recopa. Y Tomás, que fue internacional.

P. ¿El más difícil de entrenar? ¿Romario, tal vez?

R. Conmigo hizo seis sesiones de 1.000 metros que no había hecho jamás. Fui el único que le dijo la verdad.

P. ¿Sus referencias?

R. Marcel Domingo como motivador; Juan Carlos Lorenzo, como táctico; y Miguel Muñoz, como ganador.

P. ¿Su mejor alumno?

R. El que más me gusta es Irureta, que incluso llevó al Oviedo a la Eurouefa.

P. ¿La filosofía que le ha acompañado siempre?

R. Dime cómo te entrenas y te diré cómo juegas.

P. ¿Y algo de lo que se haya desengañado?

R. No soy romántico. De jugador sí, pero, si te has entregado a un club [Atlético] y sales de mala manera...

P. ¿Quién ha cambiado más: el fútbol o usted?

R. Los dos. Te tienes que poner al día. Cambian los gustos. Hoy, a la gente le gusta más lo bonito -un regate en tu área- que lo bueno. Pero el fútbol bueno es siempre igual: seguridad atrás, velocidad en el medio y el uno contra uno arriba. Hay más jugadores de calidad porque se ha mejorado en las razas. Antes había más humanidad. Ahora todo es ganar y ganar y aparece la ansiedad.

P. ¿De qué está más orgulloso?

R. De haberme dedicado a lo que me ha gustado y me ha salido. Y de saber que los jugadores son personas: hay que hablarles rectamente.

P. ¿Se ha quedado con las ganas de entrenar a algún equipo?

R. Pude entrenar al Madrid, pero preferí quedarme en el Atlético. A la selección, pero no estaba preparado. También rechacé dirigir a Nigeria. Quise conocer la Segunda y lo hice. Hubo un momento en que quise irme a Italia y no pude.

P. ¿Ha visto el dopaje?

R. No. No sirve de mucho en un deporte colectivo.