El retrato como referente

La colección de la Fundación Televisa, posiblemente una de las más singulares del medio, es tanto por su variedad temática como por el criterio empleado en su formación una de más significativas de América Latina. De ella trae causa, en buena medida, la formación del Museo de la Fotografía de México. Además tiene la virtud de ser una colección de autor, no en vano sus responsables tuvieron el acierto de encargarle un viaje fotográfico a uno de los maestros de la foto del siglo veinte, Manuel Álvarez Bravo, con el objeto de seleccionar libremente de forma temática -que hay que subrayar fue de lo más plural y certera- toda suerte de registros independientemente de sus argumentos. Aquí están desde piezas clave en los orígenes de la fotografía hasta otras que nos remiten al documento puro y duro, el desnudo, la arquitectura, la naturaleza más descriptiva, el paisaje, la investigación plástica, la foto experimental, naturalezas muertas, erotismo

..., así hasta completar un itinerario histórico por el siglo XIX y XX.

Al enfrentarnos a ella es difícil no acordarnos de lo que escribió Borges de los criterios con los que se ubicaban los libros en los anaqueles de una estantería que, aparte de reflejar estética propia, nos distanciaban de las intenciones de sus autores para crear un concepto distante al de aquéllos y acercarnos al nuestro. Álvarez Bravo sintetizó en este álbum un total de 1.200 piezas entre los años 1980-1986. Posteriormente, la colección se fue completando hasta las cerca de 2.300 obras que la conforman (albergadas actualmente en el Centro de Cultura Casa Lamm de México, que se encarga de su difusión y promoción).

Ahora, una selección de lo

más significativo del capítulo referente a sus retratos se muestra en la Fundación Foto Colectania (Barcelona) bajo el genérico Breves como fotos. El retrato en la colección de la Fundación Televisa, en una muestra comisariada por Lola Garrido. Se trata de un preciso recorrido -a través de 75 imágenes- de lo más significativo de sus archivos. Aquí están referentes como el de James Joyce, captado en París (1928) por Berenice Abbot, o el de Marlene Dietrich, en una bella foto de grupo hecha por Erich Salomon, pasando por los que marcaron toda una época, como el de la actriz Twinka Thiebaud, que tomó Judy Dater, junto a los realizados por autores como Man Ray, Willian Klein, August Sander, Cartier-Bresson, Julia Margaret Cameron, Nadar, Robert Doisneau, Tina Modotti, Gisele Freund, Diane Arbus, entre otros.

Es una excelente conjunción de instantáneas que marcan los hitos de esta especialidad.