García del Moral pinta un mundo azul
La pintora y profesora de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla María José García del Moral expone desde ayer medio centenar de pinturas y elementos decorativos que acompañan a la obra pictórica en la Sala de Exposiciones de Cajasur. Toda la obra de la autora granadina, también directora de Promoción Cultural de la Universidad de Sevilla, gira en torno a un mundo azul. "Ahora está más acentuado, pero lo he llevado desde siempre", explicó ayer.
El medio centenar de óleos centran su temática en bodegones y paisajes que mezclan las reminiscencias arabescas con la modernidad, siempre con el tono azul como color predominante, un azul que llama a la oscuridad, con una luna preponderante en la mayoría de sus cuadros. La autora sostiene que los alegatos arabescos son una "herencia del pasado" andaluz y que la noche da una "aire misterioso".
María José García del Moral, hija del artista Amalio García del Moral, el llamado pintor de La Giralda, se formó en Sevilla, aunque pasó seis años en Paris, donde ha expuesto algunas de sus obras marcadas por el orientalismo, además de en diversas ciudades españolas.
A pesar de los muchos paisajes arabescos, los óleos de García del Moral que más conectan con la modernidad de los paisajes urbanos juegan con las transparencias de los edificios. "La cristalización es una cuestión estética", aclara la autora acerca de unos cuadros en los que las formas se pierden entre una especie de maraña uniforme.
Una de las obras que permanecerá en la Sala de Exposiciones de Cajasur hasta el 24 de febrero la pintó mientras estaba en Nueva York en pleno atentado terrorista contra las Torres Gemelas. Se titula El sueño de Bin Laden e incluye minaretes y elementos árabes en el lugar que ocupaban las torres destruidas. "Creo que eso era lo que quería hacer Bin Laden", sostiene la autora.
Aunque la mayor parte de la obra se centra en la pintura, García del Moral pretende crear en sus exposiciones un complemento a través de objetos cotidianos. Las pinturas están completadas con cinco elementos: una silla con un bolso y unos guantes; una bandeja doméstica con una botella de vino y un cartón de leche, entre otros objetos; así como zapatillas deportivas y calzado de noche entre las cortinas de la sala de exposición. Todo, por supuesto, azul.
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