Burros con cuernos
Qué vergüenza de encierro envió el ganadero Jorge Barbachano Ponce. Eran unos burros con cuernos. Si la tediosa corrida del pasado domingo en la Monumental de México no fracasó fue por el pundonor y el empeño de los jóvenes matadores.
Jerónimo lanceó a su primero con donaire, aunque como el adversario era tardo, incierto y punteaba en el medio viaje, caminando inició su muleteo intentando redondos pero no logró acoplarse, por lo que no toreó a gusto. Con sentimiento veroniqueó a su segundo, un animal manso y tullido. En su trasteo el bicho se desplazaba pegando arreones, por lo que nada pudo hacer el animoso diestro.
Ignacio Garibay, después de mucho batallar con su probón primero, le dio las tablas y muy quieto le engarzó espectaculares pases de pecho con ambas manos. Aguantó con arrojo el recorrido que paso a paso hacía su zonzo y peligroso segundo y con mucha verticalidad realizó un toreo gallardo ejecutando derechazos y naturales que emocionaron a la concurrencia.
Vistahermosa / Jerónimo, Garibay, Spínola, Sánchez
Toros de Vistahermosa: terciados, inválidos; descastados, sosos y mansos, pitados en el arrastre. Jerónimo: dos pinchazos, media y descabello (silencio); pinchazo y estocada desprendida (palmas). Ignacio Garibay: dos pinchazos, dos descabellos -aviso- y dos descabellos (palmas); pinchazo, media y descabello (al tercio). Fermín Spínola: estocada delantera caída (al tercio); estocada (oreja). El rejoneador Octavio Sánchez: dos pinchazos y pie a tierra, cinco descabellos (palmas). Monumental Plaza de México, 8 de febrero, 16ª corrida: mala entrada.
Spínola se asomó al balcón al banderillear a su dos ejemplares. En su trasteo al rebrincón y revoltoso primero cargó la suerte en templados naturales. A su segundo, que derrotaba y no buscaba por el derecho, le hizo una faena variada en la que acortando las distancias le enlazó riñonudos redondos y naturales. Lo despachó de un soberbio estoconazo.
El rejoneador Octavio Sánchez sólo se lució en la colocación de las banderillas cortas y las rosetas a su manso enemigo.
Babelia
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