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Reportaje:

El corazón de Las Vegas

Tele 5 estrena la tercera temporada de la versión de 'CSI' que se desarrolla en Nevada

Cuando, en otoño de 2000, CSI: Las Vegas debutó en la estadounidense CBS, ni sus creadores eran capaces de predecir el éxito que esperaba a esta serie, que recrea el mundo de la investigación criminal. Ni prever que su triunfo daría pie a producciones hermanas, como CSI: Miami, que traslada la escena del crimen a la más soleada Florida, o los planes para rodar un CSI: Nueva York, centrado en la criminalidad de la Gran Manzana. "Tan sólo pensábamos en ganarnos a una audiencia de culto, tipo los leales de Expediente X. Y eso en el mejor de los casos", recuerda William Petersen, protagonista y productor ejecutivo de una serie que además de dominar la programación estadounidense, con una media de 26,2 millones de espectadores, ha saltado las fronteras hasta llegar a más de 160 países. En Tele 5, CSI: Las Vegas -que esta noche (22.00) estrena en la cadena privada la tercera temporada, una menos de la que actualmente se emite en EE UU- desembarcó tímidamente en pleno verano de 2002, una época que, gracias al bajo consumo televisivo, permite los experimentos en la parrilla: 2.256.000 seguidores (16,5% de cuota de pantalla) se apuntaron al primer capítulo, y el número fue creciendo hasta despedir la temporada con una media de 2.942.000 televidentes (22,3% de share). El despegue llegó el segundo curso, que acabó en marzo del año pasado con 5.121.000 fieles (28,1%). Unos resultados que no ha podido reeditar la versión de Miami, que esta noche, a las 23.00, dice adiós (4.309.000, 24,3%).

Para Petersen, que da vida al jefe de la unidad de investigación forense, Gil Grissom, el secreto está en la mezcla de personajes y la química que existe entre ellos. "Al público le gustan los rompecabezas", resume. Para Anthony Zuiker, su creador, se trata de ese toque original ("que luego nos han copiado tanto", apostilla) con el que no sólo utilizan los términos propios de la profesión, como hizo Urgencias, sino que también muestran "gráficamente de lo que se habla".

Un realismo que ha creado escuela, imponiendo su estilo y temática en la mayor parte de los dramas de la programación estadounidense. "El crimen siempre pega en televisión porque uno nunca deja de preguntarse por qué", afirma Petersen, que también se encarga de la elección de guiones. En su opinión, para que un libreto pase el filtro de CSI "tiene que estar protagonizado por las pruebas".

Tramas personales

También, a partir de la tercera temporada, empiezan a pesar las tramas personales. "Me encanta, porque empiezo a tener vida sexual", bromea Jorja Fox ahora que su personaje, Sara, parece tomarse algo más en serio los avances de Greg (Eric Szmanda), su compañero de laboratorio. "Aunque al final acaba con el corazón destrozado", añade misteriosa. "Recibimos muchos correos de espectadores que se interesaban por la vida de Grissom y sus chicos", confiesa

Gary Dourdan (Warrick en la serie). "Y los actores, para interpretar a los personajes y para enfrentarnos a las entrevistas, también necesitábamos saber más", añade. Asimismo, la tercera temporada ha traído para Marg Helgenberger (Catherine) su episodio favorito, un especial de 90 minutos titulado Lady Heather's Box, donde tiene que salvar a su hija de morir ahogada. "Es puro egoísmo, pero para mí fue un capítulo lleno de acción y emoción", afirma la actriz.

En los estudios de Santa Clarita (norte de Los Ángeles), donde se rueda la serie, tampoco falta la acción, aunque sea fuera de la pantalla. "Estamos preparando CSI, el musical", bromea Dourdan acerca de un proyecto que no sale de los camerinos, donde, junto con Fox, George Eads (Nick), el director Richard Lewis a la guitarra y un par de técnicos de rodaje en teclados y batería, tiene montado un buen grupo de música que ameniza los ensayos. En el estudio de rodaje ya se sienten como en casa, y Las Vegas sólo la pisan dos o tres veces al año, en el mejor de los casos, para las escasas tomas en exteriores.

El set ha ido creciendo parejo al éxito, y se mantienen de forma permanente varias de las salas a las que recurre la serie con asiduidad, como la morgue o el despacho de Grissom, insectos incluidos. "Y el instrumental que utilizamos es completamente real. Estamos mejor equipados que los departamentos de criminología de Las Vegas y Los Ángeles", presume la asesora Liz Devine, que organiza donaciones a estas instituciones públicas al final de cada temporada.

En medio de este ambiente, y ante el éxito de la serie, es fácil preguntarse si hay lugar en el futuro para un CSI, la película. "No creo que pase antes de, por lo menos, cinco años. Tampoco es un momento que espere, porque significaría que estamos acabados", concluye Zuiker.

Jorja Fox y William Petersen, en el laboratorio de <i>CSI: Las Vegas</i>
Jorja Fox y William Petersen, en el laboratorio de CSI: Las Vegas

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