"Si juega a la velocidad que habla..."

"¿Quién eres? De cara, no te conozco de ná, pero tu voz me suena un montonazo". Con un flamante polo rojo del Arsenal y rodeado de más de un centenar de periodistas, el ex sevillista José Antonio Reyes buscaba ayer con la mirada a un reportero en concreto. "¿Juegas a las vídeoconsolas? Yo soy el que dice: 'Reyes tira y gooooool", respondió el aludido. "Anda, pues no me he podido traer ni la consola ni nada. Mañana me la traerá mi madre", explicó el delantero a su interlocutor, Guillem Balagué. Esta salida tan natural, tan de... Reyes, fue una de las pocas cosas que pudo hacer el delantero sin que le cortara en seco alguno de los empleados de su nuevo club, el Arsenal, que no le dejaron ni a sol ni a sombra.

Arropado por el vicepresidente del Arsenal, David Dein; el entrenador, el francés Arsène Wenger, y un intérprete, Reyes se mostró algo nervioso al principio, pero se fue creciendo ante el aluvión de preguntas en inglés o en castellano. Desde lejos le observaban Henry, Bergkamp, Vieira y compañía, que comían, con aspecto relajado, en el comedor del moderno centro de entrenamiento de la entidad, situado en Shenley, a más de una hora en coche de Londres.

El sevillano fue elegante y se desmarcó de una posible responsabilidad por el precio de su traspaso. También evitó destacar a un jugador favorito entre todos los de la plantilla. Alabó, eso sí, al Arsenal -"el mejor club de Europa", llegó a decir- y sentenció: "Yo lo dejé todo por venir aquí a ganar títulos".

Su carácter despreocupado salió a relucir cuando habló sobre el clima o su aprendizaje del inglés: "Si mi familia tiene frío, pues... se pondrá un abrigo".

Mientras él bromeaba, Wenger exhibía su academicismo. Empezó por destacar la oportunidad que supone para Reyes jugar en otro fútbol a sus 20 años de edad: "Yo, de joven, siempre quise viajar y conocer mundo. Ésta es una oportunidad única para él. Además, siempre es mejor ser joven a la hora de adaptarse a cosas nuevas". El técnico también se permitió bromear sobre el rendimiento que espera de su nuevo fichaje: "Reyes encarna el juego ágil de Arsenal. Si juega a la velocidad que habla..., será una gran adquisición". Después se dirigió a él, en castellano, como el director de una plantilla en la que seis de sus miembros lo hablan: Lauren, el también español Cesc, ex barcelonista; Edu, Gilberto, Pires y Senderos.

Reyes vive encorsetado por la férrea disciplina del Arsenal desde su llegada a Londres, el martes. Hospedado con su hermano Jesús en el hotel Sopwell House, lugar de concentración del equipo, no ha parado. El miércoles estuvo en el club y el jueves por la mañana lo pasó en el aeropuerto de Gatwick para recoger un paquete de material y comprar... gomina. Por la tarde de ese mismo día salió en un monovolumen y regresó mediada la tarde tras alquilar una casa en Hertfordshire. "Preciosa y al lado de una de Beckham", aseguró Jesús.

El resto de la familia en pleno, más su novia, Remedios, y una representación de la Virgen de la Consolación que le entregará su madre llegará a tiempo de presenciar su debut el domingo, frente al Manchester City, si la federación española le levanta su partido de sanción. El mercedes plateado de más de 100.000 euros vendrá después.

En el final de la rueda de prensa, ya relajado y a punto de volverse al hotel para la siesta, le preguntaron si ya se siente una estrella. "¿Estrella yo? Desde que llegué, no he visto más que nubes", se rió.