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Un mono capuchino se instala dos días en el Centro de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Málaga

Ni los dardos con tranquilizantes de los agentes del Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, ni las patrullas vecinales ni tan siquiera los funcionarios de la Junta de Andalucía pudieron con King Kong, un mono capuchino que el pasado lunes se coló en el centro de Seguridad y Higiene del Trabajo de la Administración autonómica en Málaga, donde permaneció dos días escondido en el falso techo de escayola del edificio tras escaparse de su dueño. Tuvo que ser el hambre, tras 48 horas de aventura, la que le hizo salir de su escondrijo y refugiarse en una vivienda cercana, cuyo inquilino lo entregó a la Guardia Civil.

El revuelo que provocó King Kong en estas instalaciones públicas, a las que accedió por una rendija rota de los conductos del aire acondicionado, obligó incluso a que el pasado martes se tuviera que cerrar el servicio de atención al público durante un rato, hasta que se localizó el área exacta en la que se hallaba. Se avisó al Seprona e incluso un agente llegó a dispararle un dardo con cinco milímetros de tranquilizante, aunque sólo logró mantener adormilado al animal durante un rato. Fue, además, imposible acceder al falso túnel, cuya estructura no podía soportar el peso de una persona. Tampoco era posible el acceso reptando al interior de los conductos para poder cogerlo.

El responsable de mantenimiento del centro, Francisco Muñoz, se tomó ayer con bastante humor la aventura protagonizada por este curioso visitante en sus instalaciones. "El mono estaba ya totalmente adaptado y manejaba perfectamente el ordenador. Prácticamente estaba hecho ya un funcionario", dijo.

King Kong es un mono capuchino adulto de unos cinco kilogramos de peso, de color gris y con el hocico blanco. Al tratarse de una especie protegida, el Seprona no lo devolvió a su dueño, quien dijo que se le había escapado mientras jugaba en un parque próximo. King Kong ser acogido, con toda probabilidad, al zoológico de Fuengirola, centro que aportó a un grupo de veterinarios que colaboró en las tareas de captura.

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