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MI AVENTURA | EL VIAJERO HABITUAL

Un día de sosiego en la Toscana

EN EL INTERIOR del Duomo de Pistoia, en el norte de la Toscana, nos sorprende una agradable música de órgano. La visita se hace de lo más placentera. Solos en un lugar fresco y con música que deleita nuestros oídos... creo que es la mejor combinación que hemos encontrado en todo el viaje, lejos del agobio de Florencia.

Desde aquí partimos hacia el Ospedale del Ceppo, con un magnífico pórtico estilo Brunelleschi, decorado con un friso en terracota de Giovanni della Robia, donde narra las siete obras de la misericordia. En la iglesia de Sant Andrea admiramos uno de los famosos púlpitos de Giovanni Pisado tallado en mármol según el modelo del de Siena de su padre, Nicola Pisano.

Pistoia fue un antiguo centro metalúrgico donde se fabricaban dagas, antecedentes de las pistolas (pistole en italiano, llamadas así por la ciudad).

Por la tarde llegamos a la cercana localidad de Lucca, "la ciudad de las bicicletas", elegante y armoniosa. Los turistas siguen siendo pocos, y la paz y la tranquilidad se respiran en el ambiente. Visitamos sus iglesias románicas: San Michel in Foro; el Duomo de San Martino, con su curioso laberinto, símbolo de la vida, en el pórtico. Callejeamos en dirección a la Piazza Antiteatro, de planta ovoide. Las casas respetan lo que fue el antiguo anfiteatro romano. Y paseamos por el sendero que transcurre sobre las murallas del siglo XVI, integradas en jardines.

Volvimos esa noche a nuestra villa, en Certaldo, impregnados de esa calma y sosiego que estas ciudades todavía poseen...

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