El Sevilla sufre ante el desparpajo del Villarreal
La Copa apela al origen de la competencia. Uno contra uno y un lance en cada casa. La Liga, el premio a la regularidad, es algo más moderno y científico. La Copa suele ofrecer grandes partidos y ser descrita con multitud de elogios, aunque precisamente su naturaleza produzca también encuentros, más que malos, extraños. Tras el resultado de la ida a favor de los sevillanos, los conjuntos que jugaron ayer en el Pizjuán parecían hacerlo en competiciones diferentes.
El Sevilla salió con el mejor plantel que podía ofrecer y con la intención de ganar. Hacer un buen papel en la Copa es un objetivo muy apetecido tanto por el club como el entrenador. Por su parte, el Villarreal salió con un puñado de jóvenes inéditos y sin muchas esperanzas de lograr el 0-3 que, como mínimo, necesitaban para pasar de ronda.
SEVILLA 0 - VILLARREAL 2
Sevilla: Esteban; Daniel Alves, Javi Navarro, Óscar, David; Gallardo (Marañón, m. 85), Podestá (Redondo, m. 46), Lluís Martí, Reyes; Hornos (Antoñito, m. 66) y Baptista.
Villarreal: López Vallejo; Javi Venta, Ballesteros, Tena (Quique Álvarez, m. 66), Arruabarrena; Arzo, Verza (Cases, m. 46), Pedro Martí (Battaglia, m. 46), Roger; Xisco y José Mari.
Goles: 0-1. M. 46. Redondo remata hacia su propia portería un centro de Cases. 0-2. M. 76. Roger saca rápido una falta, mientras los sevillistas colocaban la barrera, y José Mari marca.
Árbitro: Esquinas Torres. Amonestó a Podestá, Arruabarrena, José Mari, Ballesteros y Javi Navarro.
38.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Sobre el terreno de juego, las ganas de jugar al fútbol de los chavales del Villarreal pudieron con el enfoque rutinario con el que los sevillistas saltaron al campo. Tras un susto inicial de Reyes de falta directa, los de Benito Floro empezaron a mover la pelota con desparpajo. No tener nada que perder da ese temple. Tocaron más que los titulares del Sevilla, que no eran capaces de juntar las líneas, ni en la presión ni en la creación.
Baptista y Alves, apenas aparecieron en la primera mitad. El mediapunta realizó la primera de sus arrancadas de Sansón ya en el minuto 38. El lateral tan sólo realizó un centro con peligro y en el minuto 41.
El Villarreal se encontró con un gol en propia meta de los sevillistas nada más comenzar el segundo acto. Media hora después, José Mari puso emoción al asunto tras desnudar la falta de concentración sevillista con un gol de listo que dejó a los rivales con cara de tontos. Después, el barullo y el sufrimiento incrédulo de los sevillistas. Un partido extraño, impredecible desde cualquier punto de vista, pero bueno para el fútbol. La Copa.
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