El Madrid es el equipo al que más rematan

En ocasiones los números, la radiografía matemática de un acontecimiento vivo, desmienten a la percepción. Por ejemplo, quién iba a suponer que Ibagaza, el discutido mediapunta del Atlético, es el que más centros pone a sus compañeros para que disparen, 40, y el segundo, con cinco y tras Urzaiz, del Athletic, con seis, que más balones de gol ha otorgado. Otras veces, sin embargo, confirman lo que se puede ver a simple vista, como que Casillas trabaja a destajo y bien: es el portero, junto a Bizarri (Valladolid), que más paradas ha hecho en lo que va de campeonato, 73, una cada 24 minutos.

Con la mecánica colectiva sucede lo mismo. Extraña, por ejemplo, que el Betis, uno de los últimos de la clasificación lidere el apartado de más centros al área y tenga el mayor porcentaje de acierto a portería: de cada cien disparos del equipo sevillano, 41 van entre los tres palos. En ese apartado, a continuación de los de Víctor Fernández, están el Racing, el Madrid y el Villarreal, con un 39%.

También causa perplejidad que el Sevilla, famoso por su dureza, sea el segundo equipo que más faltas recibe, 414, tan sólo por detrás del colista, el Murcia, con 425. Pero parece muy lógico que el Real Madrid sea el que menos tira de su banquillo, con una media de 2, 21 cambios por encuentro, mientras que el Espanyol, el Valencia, el Albacete y el Deportivo, siempre agotan las sustituciones. También entra dentro de lo previsible que los blancos comanden la tabla de remates a puerta, con 318, a gran distancia del segundo, el Valencia, con 289. Tampoco asusta el saber que al Madrid es al que más le rematan, con 298, nada menos que 15 tiros en contra por encuentro. Tampoco causa el menor asombro el que Ronaldo sea el que más veces remata a puerta, con 30, una cada 51 minutos y cuatro disparos totales más que Fernando Torres y Eto'o, sus perseguidores en ese apartado. De hecho, el camerunés, con 58 remates, es el que más se atreve a armar la pierna junto a Makukula, el tanque del Valladolid.

¿Y el líder, el Valencia? No destaca en nada. Bien situado en casi todas las clasificaciones, sólo lidera la de ser el conjunto que menos goles ha encajado, tan sólo 14. También su goleador, Mista, aparece en la tabla de máximos realizadores, el tercero, con 10, tras Ronaldo, líder con 14 y el rojiblanco Torres con 11, que suponen un 44% de los goles del grupo de Manzano.

En el apartado que hace referencia a la parte más tosca del juego, el de las faltas, sobresale un nombre propio: el del portugués Figo. Ensombrecido por la llegada de otros nombres aún más luminosos, el extremo derecho ha perdido protagonismo, pero sigue siendo el jugador más cazado en falta: nada menos que 95 infracciones se han cometido contra él, una cada 16 minutos. Las mismas que Reyes, el habilidoso sevillano, que con sus regates ha conseguido desquiciar a los rivales hasta el punto de haber provocado 23 tarjetas amarillas, una cada 71 minutos y cuatro más de las que ha provocado el astuto delantero del Espanyol, Tamudo, con 19. Tras ellos y a bastante distancia, Luis García, del Murcia, con 15. En el lado opuesto, en el de los más duros, es Romero, el uruguayo del Málaga, el que comanda la lista de infractores con 63 faltas, una cada 24 minutos. Tras él, un alumno aventajado, es el durísmo tapón argentino del Murcia, Acciari, con 57. Lopo, del Espanyol, es el más tarjeteado en todos los aspectos. El que más amarillas ha visto, 10, las mismas que los medios De los Santos, del Atlético y Ponzio, del Zaragoza, y el que más veces se ha tenido que marchar a la ducha antes de tiempo, 4. En conjunto, el equipo que más expulsados acumula es el Espanyol, con 13, nada menos que seis más que el siguiente en este apartado, el Barcelona, con siete. El más amonestado es el Sevilla, con 68 tarjetas amarillas, dos más que el Espanyol, el siguiente en esa clasificación. Como conjunto, el más duro es el Málaga, que ha hecho 420 faltas, con una media de 22 por partido. Una menos han cometido el Atlético y el Racing. El Madrid es el que menos infracciones comete, 291, sólo 15 por partido. El Espanyol, a pesar de su larga colección de tarjetas, figura en una discreta sexta plaza.

Precisamente el conjunto catalán, penúltimo en la tabla, es al que más penaltis en contra le han pitado, siete. Dos más que a los siguientes, el Albacete y el Mallorca. El más favorecido por esa suerte es el Atlético, al que le han pitado seis penas a favor, una más que al Valladolid y al Mallorca.

El inglés del Madrid, David Beckham, uno de los jugadores que más revuelo han causado en esta primera vuelta de la Liga, aparece en el capítulo de los mejores asistentes del campeonato con cinco balones de gol. También figura en la lista de los que más veces han centrado el balón al área, una clasificación que encabeza Duda, del Málaga, con 167, y en la que el centrocampista blanco es el cuarto con 130 envíos, uno cada 10 minutos. El segundo es Joaquín, extremo del Betis, con 156, y el tercero Ibagaza, con 130.

En el porcentaje de acierto de cara al gol, el Deportivo es el más eficaz. Los gallegos meten 16 goles por cada cien disparos. Una media bastante superior a la de los equipos que le siguen, el Celta, el Málaga, el Madrid, el Racing y el Valencia, todos con un 12%. El que menos rentabiliza sus remates es el Murcia, con un 7%, seguido del Espanyol, el Zaragoza, la Real Sociedad y el Athletic, con un 8%.

El Barcelona, perdido en la clasificación en la mitad de la tabla, no figura apenas en cabeza de ninguna estadística, ni buena ni mala. Es el tercero en número de remates, con 286, uno cada 15 minutos y es el segundo al que más jugadores le han expulsado, con siete. Su figura, el brasileño Ronaldinho, tampoco aparece entre los destacados en ningún apartado, aunque es el quinto que más balones sirve para que sus compañeros rematen, con 31, uno cada 41 minutos.

El Madrid, como casi siempre, puede presumir de pegada. Es el que más ha marcado, el que más tira, el que cuenta en sus filas con el máximo goleador... pero todo tiene su reverso: también es al que más le disparan y su portero, Casillas, que trabaja más que ningún otro, se ha convertido en un héroe.