"En España no se potencia el central creativo"
Antes de hablar, Benito Floro busca una ubicación que le permita ofrecer al interlocutor su oído bueno: el derecho. Durante el encuentro, el jueves pasado en un hotel de Castellón, Floro viste un chándal del equipo, está delgado y no le abandona la pinta de profesor de instituto que lo acompañó en sus años en el Albacete y en el Madrid. Se expresa en un tono sereno y didáctico, ligeramente mesiánico: pretende transmitir una gran seguridad en sí mismo. Y aboga por un fútbol combinativo, elaborado, que ha llevado al Villarreal a la zona noble de la tabla.
Pregunta. ¿Se considera un privilegiado por pertenecer al reducido círculo de los entrenadores de Primera?
Respuesta. Sí, me lo he currado, pero también hay muchos que curran en las minas y no tienen esa suerte.
"Un equipo debe contar con cuatro canalizadores: dos centrales y dos medio centros"
"Hay tres tipos de estilo: el combinativo, el ataque directo y el contragolpe. El nuestro es el primero"
"Los técnicos deberíamos ser solidarios: entrenar dos años y descansar otros dos"
P. ¿Podría retirarse con el dinero que ha ganado?
R. No lo sé, pero siempre he vivido con poco. No necesito el dinero para ser feliz. No me gusta despilfarrar.
P. ¿Participa en alguna ONG?
R. No, porque creo que los estados deberían resolver todos esos asuntos de la pobreza.
P. ¿Y si no lo hacen?
R. Pues deberíamos votar a los partidos que se comprometan a hacerlo.
P. ¿Lo pasó muy mal cuando estuvo en el paro?
R. No, porque tal como está el fútbol profesional, donde hay muy buenos equipos y muy buenos entrenadores, deberíamos ser solidarios e inteligentes: entrenar dos años y descansar otros dos. Aprovechar ese tiempo para descansar, reciclarte, dar conferencias e ir al fútbol base. Así le devuelves al fútbol todo lo que está dando arriba.
P. ¿Dirigiría a un equipo de niños?
R. Sí, por qué no. Ahora estoy pendiente de la organización y de la labor intelectual de la escuela del Villarreal, aunque es verdad que cuando más mayor te haces, es más difícil porque para los niños son mejores los entrenadores más cercanos a su edad: para que participen con ellos en los juegos.
P. ¿De no haber sido entrenador qué habría sido?
R. Carpintero, pintor, cualquier cosa.
P. ¿Qué es lo peor de ser preparador de élite?
R. Ser público. No me gusta ser protagonista ni de lo bueno ni de lo malo, porque es un juego colectivo. El entrenador debería pasar más inadvertido. No me gusta el culto a la personalidad. Hay que resaltar el trabajo colectivo. Cuando te agrandan parece que seas perfecto, y todos son muy imperfectos.
P. ¿Y qué es lo que más le gusta?
R. Cuando en el terreno de juego veo una jugada colectiva que haya conseguido engañar la rival. Para mí, el partido es una guerra incruenta: preparas a tus tropas, a tus ingenieros y a tus peones para que cada cual desarrolle su labor. Y cuando lo consigues, sientes un éxtasis.
P. ¿En qué ha evolucionado más como entrenador?
R. En mejorar el aspecto ofensivo y defensivo del equipo. Pura táctica. Dirigir es meterse en la personalidad de cada futbolista para sacar de él lo mejor que tenga.
P. ¿Ha conseguido que el Villarreal tenga un estilo?
R. Sí, sería un equipo de ataque combinativo. Los estilos son de tres maneras: de un ataque directo, de uno combinado y de contraataque. El combinado es más difícil, pero más bonito. Los otros dos son muy fáciles: en el directo pegas el zapatazo, y en el de contragolpe, te repliegas y sales. Es como construir un edificio para almacenar coches, o hacer un edificio bonito.
P. Siempre ha dicho que es fundamental contar con un canalizador y un rematador. El segundo parece claro que es Anderson. Pero, ¿quién es el primero?
R. En un equipo debe haber cuatro canalizadores: dos centrales y dos medio centros. Y el portero el quinto.
P. ¿Prefiere dos pivotes a un medio centro y un media punta?
R. Es que la segunda opción es fácilmente anulable: porque están en perpendicular.
P. ¿Qué impresión le ha causado el recién llegado Battaglia?
R. Es un motor de 500 cc que ahora está a 300, pero puede pasar a 600. Es el medio centro clásico, que vale para recuperar balones, distribuirlos y rematar.
P. ¿Y Riquelme?
R. Es un futbolista extraordinario, pero le queda mucho por crecer.
P. ¿Porque le falta continuidad en su juego?
R. A él y al equipo. Hay que tener en cuenta que es muy vigilado por el rival, siempre hay un par de hombres pendientes de él.
P. También ha declarado que a su equipo le falta madurez, pero, salvo Pedro Martí, todos sus jugadores son experimentados.
R. Hay gente que se retira y no acaba de adquirir una experiencia definitiva de lo que es el juego. Juega porque juega.
P. Cuando volvió de México, dijo que el fútbol español está estancado. ¿Lo sigue pensando?
R. Estancado en cuanto a la idea de juego. Sigue siendo un fútbol práctico: defender bien y atacar directo o contraatacar.
P. Pero si hasta el Murcia juega bien en el Bernabéu.
R. No quisiera ser pedante, pero con nuestro reclamo del curso anterior, hay equipos e incluso futbolistas que, en vez de sacar largo, han decidido sacar el balón jugado desde atrás. Este año hay más equipos que tratan de hacerlo.
P. Fuera de España, ¿qué fútbol le atrae?
R. Allá donde haya un equipo inglés con buena cancha, la propuesta es positiva. Para mí es triste ver a la selección brasileña sin creatividad, basándose en la practicidad del contraataque. No la puedes tomar como ejemplo. En cambio, las selecciones inferiores de España, y también la absoluta ahora con Sáez y antes con Camacho, tienen mucho más encanto.
P. ¿Cómo ve a España en la Eurocopa de Portugal?
R. Bien, igual que siempre.
P. O sea, pronto eliminada.
R. ¡Qué queremos si no potenciamos la creatividad! Ahora porque hay una tanda de delanteros centros de primer nivel. Pero los canalizadores, que son fundamentales, están en manos de jugadores que no se pueden seleccionar: comunitarios o extracomunitarios. Hay pocos centrales creativos.
P. ¿Quiénes serían esos pocos? No vale Beckenbauer.
R. Un tipo idóneo sería... [largo silencio]. Todos los centrales saben pasar y controlar la pelota. Algunos además saben regatear. El fútbol de ataque persigue eludir a los rivales.
P. No se le ocurre ninguno.
R. No me apriete tanto. Hay centrales a los que les basta que el equipo se mueva y con poca calidad lo puede hacer bien. Cualquier central juega bien si el equipo se desmarca. ¿Qué ocurre cuando el equipo no se desmarca? Pues que ese central debe tener argumentos propios, como la incorporación, el pase largo o el regate. El problema del fútbol es que se busca creatividad de media cancha hacia delante, pero para que a llegue el balón allí, tendrá que haber creatividad abajo. Atrás hay una carencia. Si arriba tenemos a Joaquín y le damos zapatazos...
P. Y sigue sin dar un solo nombre de central idóneo.
R. Ahora que Hierro se ha ido, Helguera puede serlo. También nuestro Quique Álvarez.
P. ¿Qué relación tienen sus tres hijos con el fútbol?
R. Siguen a diario al equipo. Y son muy críticos. Amparo, de 25 años, estudió Económicas; Antonio, de 24, ha hecho un máster en gestión deportiva; y Vicente, de 21, estudia Magisterio, juega al fútbol en Preferente [en el Cracks, en Valencia] y quiere sacarse el carnet de entrenador.
P. O sea que le sigue los pasos. ¿Fue un futbolista frustrado?
R. No, fui un futbolista feliz, en la Preferente y la Tercera Disivión valenciana. No tuve deseos de gloria.
P. Además, no tuvo antecedentes familiares.
R. No, mi padre, que tiene 84 años, fue guardia civil.
P. Como uno de los primeros técnicos que no había sido un ex futbolista de élite, ¿se considera un pionero?
R. Es que entrenar es una cosa y jugar otra. Un general no tiene por qué ser un buen soldado.
P. ¿Hay algún entrenador que le guste?
R. Todos los que quieren aprender algo. Peiró, por ejemplo, es un tío fresco. En cambio, hay gente joven que es como Matusalén, muy triste.
P. ¿Qué otros deportes le gusta?
R. Sobre todo el voleibol, que lo practiqué. Pero también aquellos que te van calando poco a poco, como el fútbol americano. Me aficioné en México. El béisbol, sin embargo, no me entra.
P. Su presidente, Fernando Roig, le dio un tirón de orejas ante las cámaras tras perder ante el Albacete. ¿Cómo se lo tomó?
R. Bien, fue algo espontáneo. Y es lógico que, si las cosas van mal, me pegue la bronca a mí y no al utilero. Fernando lleva todo el peso el club y conmigo tiene una relación de amistad.
P. ¿Qué le queda al Villarreal para consolidarse en la zona noble?
R. Tres años clasificados sin apuros. Y, a corto plazo, mejorar en las acciones a balón parado, sobre todo las ofensivas.
P. ¿Le sorprende la buena temporada de Aranda en el Albacete [jugador cedido por el Villarreal]?
R. Como delantero creativo y finalizador, tiene que estar jugando y aquí lo hacía poco. Tiene muchas condiciones, pero debía madurar fuera del terreno de juego.
P. Ha apostado por Pedro Martí, un centrocampista desechado el año pasado por el Onda, en Tercera División. ¿Por qué?
R. Porque no es ningún riesgo. Es un jugador con una gran dinámica colectiva.
P. ¿Está en forma a sus 51 años?
R. Sí. Hago entrenamientos aeróbicos y musculación. Lo típico de un profesional. También cuido la alimentación.
P. ¿Cuáles son sus pequeños placeres de la vida?
R. Además de los instintivos, los culturales y de relación positiva con las personas. Un buen libro, una buena canción, una buena conversación, una buena contemplación de paisaje...
P. ¿A quién admira más en la vida?
R. A gente anónima que en el día a día demuestra solidaridad o apoyo a los demás.
P. Le gusta recomendar libros. ¿Por ejemplo?
R. A los periodistas les recomendaría Los ojos del hermano eterno [del escritor austriaco Stefan Zweig].
P. ¿Por qué?
R. Porque es una profesión en la que debes enjuiciar a la gente.
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