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Crónica:FÚTBOL | Última jornada de la primera vuelta
Crónica
Texto informativo con interpretación

La fiesta de Ibagaza y Torres

El Atlético arrolla al Athletic en una gran segunda parte de sus dos jugadores con más clase

Santiago Segurola

Dos jugadores de clase se elevaron sobre un partido que no la tuvo. Ibagaza marcó la diferencia en el juego y Fernando Torres lo hizo en el área. Marcó dos goles y encabezó la victoria, indiscutible a la luz de los méritos del Atlético en la segunda parte. Arrolló al Athletic por pujanza, decisión y juego. En cuanto apareció Torres se acabó la discusión. Los defensas del Athletic no encontraron la manera de detenerle. Terminaron arrinconados en su área, sin recursos, expuestos a sus graves carencias, que terminaron por afectar a todo el equipo, inexistente en el segundo tiempo.

No fue el más exquisito de los partidos, pero tuvo el punto necesario de electricidad para darle algún atractivo. Las condiciones de los dos equipos impiden ejercicios de estilo. Aunque tienen jugadores de clase aquí y allá, predominan los futbolistas aguerridos, con limitaciones técnicas manifiestas, gente de combate que convoca a partidos fuertes y nerviosos. Éste fue uno de ellos, un clásico por así decirlo. En el Athletic se reconoció en la primera parte al equipo de toda la vida, con carencias básicas en los defensas, que responden a un modelo ya superado en el fútbol español. Son defensas con una escasa capacidad para mover la pelota con criterio. Tampoco les sobra clase como marcadores. Abnegación, sí. Discuten por cada balón como si les fuera la vida, a veces con un estrépito innecesario. En esa aspecto, el Athletic no ha dado el paso necesario hacia el futuro. Necesita otro tipo de defensas. Mientras tanto, se aprecian valores interesantes en otras líneas.

ATLÉTICO 3 - ATHLETIC 0

Atlético: Juanma; Gaspar, García Calvo, Lequi, Sergi; Aguilera, De los Santos, Ibagaza, Nano (Musampa, m. 71); Nikolaidis (Simeone, m. 80) y Fernando Torres (Paunovic, m. 88).

Athletic: Aranzubia; César (Guerrero, m. 77), Luis Prieto, Karanka, Del Horno; Gurpegui, Tiko; Arriaga (Iraola, m. 62), Jonan García (Ezquerro, m. 62), Yeste; y Urzaiz.

Goles: 1-0. M. 74. Falta que saca Ibagaza y Torres cabecea desde el punto de penalti. 2-0. M. 85. Penalti sobre Musampa que transforma Torres. 3-0. M. 90. Paunovic, de cabeza.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Ibagaza, Aguilera, Lequi, García Calvo, César y Yeste.

Unos 45.000 espectadores en el Calderón. En el minuto 27, Yeste lanzó fuera un penalti.

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Jugaron Arriaga, Jonan García y Yeste. Los tres proceden de Lezama. Los tres son jóvenes. Los tres tiene clase. A Yeste le sobra, pero hay que esperarle demasiado. Es un futbolista discontinuo que padece una especie de síndrome Guti. Dispone de grandes recursos que aplica con cierta usura. Del Manzanares salió con la mala nota de su fallo en el penalti. Era la primera parte y el Athletic estaba en condiciones de sacar ventaja tras una jugada que sólo el árbitro vio como falta en área. Hasta entonces el encuentro había tenido un aire racheado, con bastante juego en las áreas y con poco fútbol en el medio campo.

El Atlético se movió con esa especie de esquizofrenia que le aqueja esta temporada. Si la pelota pasa por Lequi, esta garantizado un tosco pelotazo que pretende aprovechar la velocidad de Torres. El chico sale escopeteado en busca del balón, pero casi nunca lo encuentra. Decididamente, Lequi no es Beckham. Tampoco es Ibagaza, que propone lo contrario. El Atlético funcionó con cierto empaque cuando el diminuto jugador argentino movió los hilos. El problema es que lo hace en pocas ocasiones. Todavía no tiene asumido su trascendente papel en un equipo que no anda sobrado de claridad. Por el camino dejó un estupendo pase a Aguilera, que entró como una flecha y estuvo a punto de marcar. Yeste evitó el tanto con más fortuna que otra cosa. No dijo mucha más el Atlético hasta el segundo tiempo, protagonizado en exclusiva por el equipo local, con Ibagaza a la cabeza.

Todo empezó por su indiscutible superioridad en el juego aéreo. Ibagaza lanzó tres faltas y cada una de ellas fue dominada por los gigantescos Lequi, De los Santos y Nano. Sin defensas de envergadura y sin cabeceadores, el Athletic se resintió y plegó velas. En la primera parte había ofrecido algunos detalles. Es cierto que Jonan García y Arriaga están tiernos todavía, pero apuntan maneras. A los dos les castiga su escasa presencia física, carencia que tendrán que maquillar para progresar en el Athletic. Jonan es el más interesante de los dos. Pequeño, pero con un buen despliegue, tiene pinta de jugador astuto. Los dos jóvenes fueron sustituidos en el segundo tiempo, casi por obligación. El Atlético era una tromba y Valverde consideró, con razón, que necesitaba jugadores con más poderío. Con el ingreso de Iraola y Ezquerro, pretendió equilibrar el partido. No lo consiguió. La superioridad del Atlético fue evidente.

A Torres correspondió marcar la diferencia en el último trecho del encuentro. Lo hizo con sus incursiones, que manifestaron la extremada lentitud de los centrales del Athletic. Finalmente coronó su buena actuación con un cabezazo impecable, tras el saque de una falta, por supuesto. El Athletic había sobrevivido a duras penas a sus miserias en el juego aéreo. No sobrevivió al remate de Torres, perfecto en el salto y en la precisión de su cabezazo, recibido con un doble entusiasmo por la hinchada: era el gol de la victoria y lo había marcado el jugador bandera. Del resto se encargó el árbitro, encantado de compensar su error en el penalti a Urzaiz con una equivocación de grueso calibre en una pugna de Luis Prieto con Musampa. Torres convirtió el penalti y el Manzanares se desbordó de felicidad.

Torres pelea por la pelota con Yeste.
Torres pelea por la pelota con Yeste.MIGUEL GENER

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