Dos hombres mueren en Huelva al inhalar gas tóxico de un brasero
Un joven permanece hospitalizado por la intoxicación, mientras que otro recibe el alta
La escapada festiva de cuatro jóvenes sevillanos a una casa en Santa Olalla del Cala (Huelva) terminó de forma trágica la tarde del domingo con la muerte de dos de ellos por una intoxicación provocada por la inhalación de monóxido de carbono procedente de un brasero. Los dos fallecidos, I. R. M., de 22 años, y F. S. M. R., de 21, residían en Mairena del Aljarafe (Sevilla), según informó ayer la Subdelegación del Gobierno en Huelva.
Los cuatro acudieron a pasar las fiestas de fin de año a una casa, ubicada en la calle Doctor Fleming, en el centro de Santa Olalla del Cala, que pertenece al padre de una de las víctimas.
Los cuerpos fueron hallados en torno a las 21.15 del pasado domingo 4. Algunos vecinos creyeron escuchar gritos de auxilio procedentes de la casa. Una mujer fue la primera en entrar y dio la voz de alarma.
A duras penas consiguieron sacar, semiinconscientes, a los dos hombres que estaban vivos, y a continuación a uno de los que ya habían muerto. "Al otro ni siquiera intentaron llevarlo fuera, porque inmediatamente se percataron de que ya estaba muerto y no había nada que hacer. Trasladaron a los heridos al centro sanitario", explicó ayer el alcalde de Santa Olalla del Cala, Pedro Cordero.
Después de comer
Según la Subdelegación del Gobierno de Huelva, los cuatro hombres, después de comer, introdujeron las brasas en el bombo de una vieja lavadora para resguardarse del intenso frío.
Los otros dos afectados, de 21 y 22 años, entre ellos un hermano de uno de los fallecidos, fueron atendidos en principio en el centro de salud de Santa Olalla del Cala y posteriormente los trasladaron al hospital Virgen de la Macarena, de Sevilla.
Uno de los ingresados recibió el alta ayer por la mañana mientras que el otro, de 23 años, sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital, aunque se encuentra fuera de peligro según fuentes hospitalarias.
En la puerta de emergencia del centro sanitario, los familiares no se explicaban lo ocurrido. "Estamos esperando al psicólogo porque no sabemos cómo entrarle", comentaba el abuelo de una de las víctimas mientras esperaba la salida de su otro nieto.
El alcalde de Mairena del Aljarafe, Antonio Martínez, acompañó a los familiares en el hospital y señaló que los jóvenes eran "chicos normales, humildes, trabajadores". Antonio Conde, concejal del municipio donde residían los jóvenes, añadió que el suceso les había "cogido de improviso en una época muy mala" y ofrecía a la familia "toda la ayuda que necesite". Los familiares que abandonaban poco a poco el hospital señalaban que el chico intoxicado se encontraba "bien" y que estaba hablando con los psicólogos del centro hospitalario antes de volver a casa.
Por su parte, el alcalde de Santa Olalla añadió que los jóvenes visitaban este municipio "con cierta frecuencia, sobre todo durante los puentes y en algún fin de semana, porque la novia de uno de ellos vive en un pueblo de la sierra". "El sentimiento en la calle es de consternación y de tristeza, porque se trata de unas muertes accidentales que han sobrevenido de una manera muy tonta, absurda. En la habitación no había humo ni restos de que nada se hubiese quemado", señaló ayer Pedro Cordero.
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